Tatiana Cap I. Juegos Lujuriosos
Fecha: 20/10/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... fabulosas tetas eran bañadas de saliva por la ávida lengua de un maduro pervertido. Ahora la muy tonta se preparaba para que Benito se alimentara de ella, y seguramente había decidido no reprimir ninguna sensación que pudiera invadirla. ¿A quién trataba todavía de engañar? Marta sabía que Tatiana estaba caliente. Se le notaba en la agitación del pecho, en el intenso rubor de sus mejillas, en el brillo de sus ojos. Estaba a punto de iniciarse la fase culminante del evento. ―Tranquila, preciosa ―dijo Benito, acariciando un brazo de la joven―. Ya verás que pronto voy a hacer desaparecer tus dolores. Se arrimó al torso desnudo de Tatiana y capturó el pezón derecho entre sus labios. ―¡Ay! ―gimió la muchacha, dando un saltito. Marta se apresuró a tranquilizarla. Se le acercó por un costado y la rodeó con un brazo por detrás, acariciando cariñosamente su espalda. Estaba ansiosa de ver de primera mano cómo su marido se embetunaba los bigotes de leche. Tatiana, ignorante de esas malsanas intenciones, le dirigió una sonrisa de agradecimiento. A Marta le encantaban los pechos de Tatiana. Sintió envidia de Benito cuando aprisionó entre sus manos una teta de la joven mientras ejecutaba la maniobra de succión. ―¡Ah! ―profirió de súbito la rubia, y Marta no supo distinguir si esta vez era un grito de dolor o de placer. ―Deja que salga, cariño, no lo reprimas… Tatiana mantenía los ojos cerrados. ―¡Ay!. ¡Uy!!. ¡Aaaahhh―. Los grititos se confundían con los gemidos. Benito empezó a ordeñar y ...
... chupar la tremenda ubre, cada vez con mayor fuerza. Marta oía el ruidoso trasiego de la succión, y veía cómo algunas gotas del preciado elixir se escurrían por la mandíbula de su marido o por el voluminoso seno de la joven. ―Aaaaaayyyyy. Aaaaahhhhhhh… Mmmmmm. Don Benito… no se la trague, por favor… Mmmm. Aaaahhhh… No se moleste…―. La muchacha había abierto los ojos y miraba absorta cómo el hambriento fauno mamaba su leche. ―Tranquila, hijita ―se interrumpió un momento el viejo para mirar a la excitada muchacha —. Esta tibia y rica. ―Gracias, don Benito… El viejo volvió a su menester. ―Aaaaaaahhhhh… Uuuuuuhhh… Aaaahhh… Aaahhh… A Marta se le hacía agua la boca. Aguardaba estoicamente su oportunidad. La impresionaba lo caliente que estaba su marido. Sintió una ligera picazón en su ano; seguramente la bestia que había amarrado con cinta adhesiva estaba encabritada de hambre; presentía que, una vez en casa, Benito la soltaría entre sus nalgas. Era casi seguro que ese día le reventarían el culo. La idea le gustó, y decidió ponerle más candela al asunto. ―La leche materna es nutritiva —susurró al oído de Tatiana—. A mi marido le hará bien, e incluso la necesita. Dile que no te importa, que se la trague toda no más. ―Aaaahhhh… Don Benito… Uuuuhhh… Nútrase. con confianza… Aaaahhh… Mmmm. Tómesela toda… ―Gracias, querida―le susurró Marta. Un pequeño favor entre amiga. Tatiana le apretó la mano. TATI El alivio del dolor fue inmediato. Tatiana contemplaba cómo don Benito extraía y tragaba ...