Diario de un padre V (Vuelvo a las andadas)
Fecha: 28/10/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: xverzo, Fuente: RelatosEróticos
... con un beso.
A la mañana siguiente, me desperté antes que todos para bajar la comida del congelador, echarme un baño, etc. Cuando todos estuvieron ya despiertos, ya yo me había bañado, cambiado y arreglado mi cama. Mi hija fue a saludarme y seguía con ese aire pícaro en sus palabras, gestos, miradas… yo seguía extrañado.
En la tarde hubo paseo a caballo, hicimos carne asada, tomamos unas cuantas cervezas y cada vez que veía a mi hija con el chico me hervía la sangre. Quería que me diera explicaciones, pero por ser su padre creía que eso era algo normal.
En un despiste, me fui a la cocina en busca de comida y algo de tomar. Cuando allí llegó Laura.
-Papi, quiero más comida.
-Sírvete, ahí hay más.
-No digo esa comida… -Dijo en tono cómplice mientras me agarraba por el cinturón del pantalón.
-Amor, hay gente afuera. ¿Qué haces? –Le respondí tratando de mantener la compostura.
-¿Que qué hago? ¿Crees que no te vi con la chiquilina en el bus? –replicó mientras desabrochaba mi correa.
-¿Qué dices? ¡No es cierto!
-¿No? ¿Negarás también que me viste anoche coger con Alí? ¿Y que te la sobaste mientras nos veías? –Proseguía desabotonando el pantalón.
-Amor, hay gente afuera. Vamos al cuarto. –Ya no pude aguantar.
-¡No! Papi, ¿Qué más excitante que hacerlo aquí, mmm…? –Pregunto sacando mi verga ya dura del pantalón.
Y cedí, enseguida tomé su carita y comencé a besarla como si no hubiera mañana, ella me sobaba la verga con sus manitos mientras yo ...
... bajaba mis manos por su espalda, apretándola contra mí. Le agarré fuerte sus nalgas, arrancándole un gemidito. Nos giramos y la subí al cimiento, remangándole la falda hasta la cintura, tan bien planeado lo tenía mi hija que no llevaba braguitas. Bajé su blusa para dejar salir sus tetitas y luego comenzar a mamárselas. ¡Mmm! Sus pezoncitos endurecidos en mi boca eran exquisitos, no dejé parte de sus tetas sin mamar o lamer. Volví a besar su boca y me recosté contra ella, mi verga quedaba a la altura justa de su conchita. Se la restregaba con ansias mientras la agarraba del cuello, ella me miraba desafiante y sonreía, como si su plan estuviese saliendo a la perfección.
Yo disfrutaba verla así, disfrutaba restregar mi verga contra ella y que sus juguitos me la fuesen humedeciendo más y más. Bajé mi mano y empecé a sobarsela… ¡mi mano se deleitaba con aquella cosita blandita y carnocita! Se la apreté fuerte y ella se movía al ritmo de mi mano. Ahora comenzaba a cerrar sus ojitos y disfrutar de la situación. Mis dedos al fin entraron, dos, medio y anular, los metí hasta el fondo y comencé a moverlos rápidamente dentro de ella, empujándolos lo más que podía, ella buscó mi boca para besarme y contener sus gemidos, yo la complací. Sacaba mis deditos y los contemplaba brillosos, mojados, los pasaba por sus tetitas y luego se las chupaba, sin dejar rastros de juguitos.
Era hora, mi verga la quería ya. La corrí más al borde del cimiento y ella me rodeo con sus piernas mientras yo ...