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Mudanza
Fecha: 01/11/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Sinuhe, Fuente: CuentoRelatos
... ojos, no sabía qué, pero pretendía averiguarlo esa misma tarde. Me acerqué y seguro que se sorprendió cuando me vio en frente de ella con mi rostro enternecido y mis manos estiradas hacia ella. - ¿Bailamos?, le digo. Con cierto temor de verme rechazada. - Estupendo, sí. Estiró sus manos y las cogí. Tiré suavemente de ellas y se incorporó. Tenía manos suaves, cuidadas, uñas bien tratadas, piel tersa. La música era lenta, una compilación hecha por mí de piezas estilo soul. Mientras bailábamos ella no me daba la cara. Estaba algo sonrojada y la notaba un tanto tensa e incómoda. -¿Estás cómoda? Le pregunto directamente. -No… sí; no sé por qué estamos bailando. -Porque la música nos lo pide. Es así, comienzan a sonar los compases y nuestros corazones laten al ritmo de la soledad. Así que acá estamos, vecinas, tomadas de la mano y la cintura moviéndonos como mariposas. Creo que no la convencí de que no había nada malo en lo que hacíamos. Al fin y al cabo, éramos dos mujeres adultas y responsables. Aunque esto último no lo tenía tan claro. Ella se quiso sentar. Estaba algo complicada y no muy tranquila. -Tatiana, ¿Estás tensa? -Sí, de verdad, creo que no quiero hacer esto. -¿Qué cosa? ¿Bailar? -Ella mantuvo un silencio largo. Largo para mí. -Sí, bailar contigo. No había bailado nunca con otra chica, jamás en mi vida. -Entiendo, -le digo mientras acaricio su mano-. Tatiana, te propongo algo distinto. Le propuse ir a mi sala de ejercicios ...
... personales. Una habitación donde uno se puede relajar tranquilamente. Le propuse hacer unos masajes relajantes y ella aceptó. Tatiana se tendió boca abajo. Le pedí que se desnudara. Yo la dejé sola, pero miraba desde fuera de la habitación. Creo que no sabía por dónde comenzar, si por la falda o por su strapless oriental. Cruzó las piernas, en un gesto de niña pequeña. Seguro que estaba tensa, pero se puso de pie y decididamente desabrochó la falda y resueltamente bajó la cremallera y se sacó la prenda. Bajo la falda vestía una pantaleta que modelaba su figura muy bien. Era de color negro, con diseños en tela transparente. Era muy sensual. ¿Por qué había venido así? Me preguntaba, de verdad, tan bien preparada, tan bien escogidas sus vestimentas. Creo que comprendí que era crucial el paso siguiente que ella tomaría. Si continuaba desvistiéndose o si se volvía a tender tal como ahora estaba. Creo que ella también lo pensaba, porque se detuvo a mirar su cuerpo en el espejo de enfrente. Decidí que era tiempo de dejarla sola, de salir unos segundos y dejar que la música y el ambiente hicieran sus trabajos con Tatiana. Entré a la habitación. - Sí, me entrego a tus manos. - Bueno, veo que has dejado tus pantaletas y tu top, no te preocupes, me concentraré en tus hombros y piernas. Realicé los masajes de rigor, notaba como ella se estaba relajando un poco. Mi idea, por cierto, no era que se durmiera, sino realizar un pequeño relajo para luego proceder a un masaje más ...