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Mudanza
Fecha: 01/11/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Sinuhe, Fuente: CuentoRelatos
... estimulante. Le pedí que se volviera boca arriba. Puse aceite de manzana en mis manos y comencé a aplicarlos sobre los dedos de sus pies y luego en la palma del pie. Luego en el rostro, aceitando el contorno de los labios, el cuello, los hombros. Quería estimular algunas zonas que a mí particularmente me excita mucho tocarme. Parece que dio resultado, puesto que sentía como su respiración se hacía más profunda y más rápida. Sus pezones comenzaron a notarse por sobre la tela, qué belleza. Le pedí que levantara su top hasta dejar gran parte de su tronco al descubierto. Así aceité hasta la base de sus senos. Tenía tantas ganas de traspasar ese límite, pero no lo hice. Jugué con su ombligo un rato largo, noté que separaba sus piernas. De seguro estaba sintiendo un calorcito entre sus piernas, igual que yo. Tomé sus pantaletas. En ese momento, le dije que la dejaría sola por un momento, porque debía salir a hacer unas compras. Ella asintió con la cabeza, creo que no pudo sacar la voz. La besé en su ombligo y partí. Simulé que salía de casa, pero me escondí en un lugar discreto para ver qué hacía Tatiana. Ella se quedó como quieta en la habitación. Pensé que se había dormido, pero de pronto estiró una de sus manos y tomando el strapless lo tiró hacia arriba mientras se incorporaba. El volver a su postura boca arriba, comenzó a tocarlos, prolongando mis masajes a la areola de sus pezones. Con sus dedos rondaba hasta que los tomaba con la punta de sus dedos. Luego ...
... comenzaba otra vez, subiendo desde el ombligo hasta sus labios. De pronto, comenzó un movimiento en dirección opuesta, desde el ombligo hasta su pubis. Parecía que no quería romper el límite que yo no franqueé, pero pronto su mano comenzó a perderse bajo su pantaleta y sólo podía seguir su movimiento por el bulto que creaba su mano bajo ella. Al separar más sus piernas, supe que su incursión sería mucho más profunda que la mía. Su mano ya no emergía, se había quedado haciendo movimientos diversos bajo la ropa íntima, seguramente recorriendo sus labios o la entrada de su sexo. En ese momento pensé que era hora de reaparecer en escena, ya tenía clara la dirección que podrían tomar los acontecimientos. Abrí y cerré la puerta de ingreso al departamento y dije con voz fuerte que ya estaba en casa. Cuando entré a la habitación, Tatiana estaba casi completamente vestida, estaba colocando en su sitio la falta negra. Estaba algo sonrojada. -Me dormí, disculpa. Es que tus masajes me relajaron tanto que me dormí a penas saliste de casa. La tomé de la mano y la llevé hacia el pasillo. Al frente de la puerta de mi habitación nos detuvimos, apoyó su espalda en la muralla con las manos escondidas tras ella. La miré fijamente y colocando mis manos una a cada lado de su rostro, apoyadas en la muralla, me acerqué para besarla en los labios. Ella cerró los ojos, sentí como su respiración cesó cuando mis labios tocaron los suyos mientras yo cerraba los míos. Al retirarnos, nos miramos y ...