1. Buena Vecina para los Okupas


    Fecha: 02/11/2019, Categorías: Hardcore, Sexo con Maduras Autor: AkuSokuZan, Fuente: xHamster

    ... tomate.— Pues ya sabes con que puedes compensarme. Te vienes aquí, lo pasamos bien unas horas y podrás descansar todo lo bien que quieras por la noche.— No voy a hacer nada con vosotros. Tendrás que pensar en otra cosa –contestó decidida, y la respuesta acudió a sus labios prácticamente sin pensar-. Os limpio la casa.— Te imaginaba echando un polvo en esta casa, no quitándolo… -murmuró él rascándose a tres dedos el cuello. Se arrepintió al instante, pero el yogurín de su vecino pareció ver una buena propuesta en ese diamante en bruto-. Pero me gusta la idea. Quién sabe… Tal vez uno de estos días te confundas y acabes haciéndolo al revés.— Más te gustaría –contestó ella tras tragar saliva. La forma en que él la había mirado la había puesto muy tonta.— Mira. Me parece tan buena idea que aparte de no poner música por las noches te pagaré por venir a limpiar. ¿Tres euros la hora?Quedó boquiabierta. ¿Iba a cobrar por limpiar la casa? Si conseguía regatear lo suficiente no le vendría nada mal esas entradas extras.— ¿Estás tonto? Diez euros la hora –cuando vio que el chico iba a protestar ella alzó un dedo-. No voy a pasarme el día aquí. Vendré una o dos horas, es eso o nada.— Ocho euros la hora. Ni pa ti ni pa mí.Ambos se dieron la mano, cuando ella iba a soltarse él la apretó y la forzó a mirarlo a los ojos.— Si te estoy pagando, eso me convierte en mi jefe. Vamos a necesitar un uniforme para ti… Ya sabes, para estar ``por casa´´.— Lo elegiré yo, por el tema medidas y tal.— ...
    ... Haz lo que quieras, pero como tu jefe quiero algo como esto –ordenó agarrando su Smartphone y haciendo una búsqueda. En un momento ya tenía una infinita lista de uniformes, prácticamente todos ellos escotados y con faldita-. Esto no es negociable. Ya que vienes a esta casa… Quiero alegrarme la vista mientras limpias.La oferta de poder dormir por las noches y ocupar esas aburridas tardes para cobrar ocho euros la hora se le antojó muy deseable, hasta que el chico preguntó con zorrería:— ¿A tu marido le parecerá bien que vengas a limpiarnos el zulo?— Mi marido… -no dijo nada más.— ¿Se lo vas a decir? No me gustaría encontrármelo por el portal y cagarla diciendo algo que no le has contado por ti misma.— Es mejor que mi marido no lo sepa.— De puta madre. No lo sabrá por mí.— ¿Empiezas ahora?— No, lo haré cuando tenga mi uniforme.La vecina del Cuarto A se dirigió hacia la puerta, en silencio y algo coartada al saber que el padre del chico estaba escuchando todo lo que decían. Una vez en el diminuto pasillo del recibidor, le comentó al veinteañero.— Mi marido no quería que viniese a hablar con vosotros.— Si mi novia fuese una tía como tú, yo tampoco.— Lo que quiero decir –alzó la voz mientras cerraba los ojos, concentrándose-. Es que mi marido no sabe que he venido a hablar esto…— Él fue uno de los que llamó a la poli. ¿No?— Eso no… -intentó negar al recordar el grito del viejo la noche que vino la policía.— Yo habría hecho lo mismo. Además, no quiero llevarme contigo, que estás ...
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