1. Cuando fuimos a llevar la asadera a mi casa


    Fecha: 03/11/2019, Categorías: Fetichismo Autor: buitrepanda, Fuente: CuentoRelatos

    ... dentro mío, me “coge” con él un par de segundos, y luego empiezo a sentir un segundo dedo que resbala también dentro mío, y ahora son dos dedos que me están “cogiendo”. ¡¡Qué placer, por favor!!
    
    --“Eso…eso… así… así…!!”, le digo, --“ay, gracias..gracias… por hacerme conocer este tipo de placer”.
    
    En eso, me saca los dedos, y percibo que se agarra su pene con su mano derecha, lo va acercando a mi culito, y me pide:
    
    --“C., abrite el culito con las manos o llevame el pene hasta tu culito”, me dice mi primo-amor.
    
    A lo que le agarro su tremendo pedazo con mi mano derecha y me lo llevo hasta la “puerta” de mi culito:
    
    --“Ya está… metémelo… ya”.
    
    Siento su cabeza apoyada en mi culito, y empiezo a notar cómo se acomoda para lograr una mejor “entrada”, y lentamente, muy, pero muy lentamente, empieza a meterme su pene, y cada pequeño avance de su pedazo es un placer indescriptible. Es un goce total. A tal grado, que el que se empieza a mover para que entre todo su pedazo dentro mío, soy yo. Retrocedo mi cola una y otra vez para que me la meta de una vez, pero en cada retroceso mío, él da otro, para que realmente, lo fuera sintiendo cómo entraba lentamente. Y la verdad que le agradezco que hubiera actuado así, porque fui teniendo la sensación de su pene en cada parte de mi “canal” del goce total.
    
    Era como si me la fuera metiendo en cámara lenta. Exquisito.
    
    Y empezó a avanzar y retroceder despacio. Avanzaba hasta casi meterme todo su pene y luego retrocedía hasta ...
    ... dejar casi la punta de la “cabeza” al borde de mi culito. Así una y otra vez, hasta que en un momento, me la metió de golpe hasta el fondo de mi culito.¡¡Ay, qué dolor de repente¡¡, pero ¡¡¡QUÉ PLACER!!!!
    
    Y fue tanto el placer, que dejé resbalar mis codos en la cama y quedé totalmente acostado boca abajo, y levanté solamente mis caderas, para que mi culito quedara un poco más arriba, para que me pudiera coger mejor. Y ahí empezó a subir y bajar, subir y bajar con más fuerza e ímpetu, que cada vez que bajaba, sentía que me golpeaba con sus testículos parte de mis nalgas. Cuando él empezó a cogerme de esta manera, al principio, me quedé totalmente quieto, para sentir su frenesí y más que nada, sentir con más sensibilidad, su pedazo dentro mío. Pero luego yo también empecé a oscilar mis caderas, luego, cuando el bajaba yo subía, y cuando subía, yo bajaba para tratar de que su “cabeza” quedara en las puertas de mi culito, para que cuando bajara, y yo subiera, me lo enterrara hasta el fondo. Este movimiento oscilatorio se ve que le gustó, porque me dijo:
    
    --“Ayy, guachito, así, C.,… así… seguí… movete así… me enloquecés”.
    
    Y era tanto el placer que sentíamos, que en un momento me preguntó:
    
    --“¿Ay, guachito… ¿querés que te dé mi lechita?”
    
    --“Sí, por favor… dámela toda. No te quedes con nada adentro.”
    
    --“Ay, C., ahí voy.. ahí voy.. aaaaahí vooooyyyyy…”, y siento cómo iba eyaculando una y otra vez, una y otra vez dentro mío, y mientras así lo hacía, me abrazó fuertemente ...