1. Desafío de galaxias (capitulo 7)


    Fecha: 07/11/2019, Categorías: Incesto Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... costado izquierdo del tálamo, a la altura del hombro de la Princesa. Descifraron los símbolos sin resultado. Marisol sacó su pistola y con la culata golpeo en círculo suavemente—. ¡Suena hueco!
    
    Presionaron, tiraron, golpearon, sin resultado. Finalmente, Loewen giro el círculo y se abrió una pequeña tapa dejando al descubierto un cristal de datos. Desde arriba, Clinio alargó el brazo y cogió el cristal que le tendía Marisol mientras Loewen, con la culata de su pistola, continuaba dando golpecitos por cualquier lugar sospechoso del tálamo.
    
    —Mi señora, está tecnología no la conocemos: o es muy antigua o muy avanzada, que todo puede ser, —dijo Clinio señalando el cristal que en ese momento tenia Opx en sus manos—. Nos lo llevamos a la sala de trabajo a ver que averiguamos.
    
    —De acuerdo, aquí no parece que halla nada más.
    
    —General, por favor ¿puedes alcanzarme ese mkuki y los kingas? —preguntó Marión.
    
    —¿El qué y los qué? —respondió Marisol mirando a su alrededor.
    
    — Los escudos pequeños alargados y la barra de hierro que están a su lado, —Marisol se los entregó.
    
    —¡Qué maravilla! —exclamó Marión contemplando los relieves con los que estaba decorado, y dirigiéndose al canciller, le preguntó—. Señor canciller necesito armas, ¿me las puede prestar hasta que termine el conflicto?
    
    —Puede quedárselas, son las armas de los escoltas de la Princesa.
    
    —¿Eso es un arma? —preguntó Marisol.
    
    Marión hizo un movimiento seco con la muñeca y dos extremos afilados salieron ...
    ... convirtiendo la barra en una lanza de doble punta de dos metros de largo. Haciendo florituras con una sola mano, contestó—. Es un mkuki, y después de cuatrocientos años funciona perfectamente. Estos escudos alargados se ponen en los antebrazos y se llaman kingas.
    
    —¡Joder con las monjas místicas! —bromeo Marisol.
    
    —Esta arma no es mística, es mandoriana, —dijo Marión con una sonrisa.
    
    —Todos los escoltas de la Princesa eran mandorianos, —contestó Anahis— todos menos Ramírez.
    
    Una hora después, regresaron a la sala de trabajo y encontraron a Clinio y Opx trabajando con el cristal.
    
    —¿Habéis conseguido algo? —preguntó Marisol.
    
    —Mucho, —contestó Opx—. Hay una especie de presentación, empezaremos por ahí. Si te ha gustado el poemita, con esto te vas a cagar.
    
    —Por cierto, ¿conoces a alguien llamado… “María de la Soledad”? —preguntó Clinio.
    
    —¿Por qué lo preguntas? —volvió a preguntar Marisol parándose en seco.
    
    —Porque la presentación es para ella, —contestó Opx.
    
    — Sí, la conozco.
    
    —¿Quién es? —preguntó el presidente Fiakro con cara de extrañeza, aunque, a estás alturas ya se lo creía todo.
    
    —Yo, —contestó imperturbable. Todos la miraron flipando en colores. Después de unos momentos de reflexión, continuo—. ¿Sois conscientes de lo que está pasando? ¿os dais cuenta, de que hace cuatrocientos años, una Princesa supo de mi existencia en el futuro? —y después de unos segundos, continuo—. Yo no se como estaréis vosotros, pero yo estoy acojonada. Por cierto, ...
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