1. El momento dar las gracias.


    Fecha: 09/11/2019, Categorías: Incesto Autor: WetDick, Fuente: SexoSinTabues

    ... oportunista que querría llenar su ego al ser su primer hombre. No, esto sería diferente y le daba tranquilidad y seguridad en querer hacerlo. Mientras más pensaba en ello con todo ese romanticismo, más quería hacerlo. Su excitación crecía y tanto como su deseo, el de él también era evidente, así como su nerviosismo, ya que, si bien él en secreto hace mucho lo deseaba, no era capaz de insinuarle algo así a su pequeña, porque le amaba. Ella le hizo sentar nuevamente en la cama, se apartó de sus brazos, dio dos pasos atrás y comenzó a quitarse la ropa… lentamente. Él tímidamente le preguntó ─ ¿Qué haces? -ella le miró decidida y le dijo ─Te agradezco, por todo lo que has hecho por mí -, luego hizo una pausa y continuó ─y me aseguro de que mi primera vez, sea por amor verdadero y sea un acto hermoso -. Él entendió que la decisión ya no era de él y que su responsabilidad ahora era solo de amarla como nunca antes lo había hecho con otra mujer. Desabotonó su blusa y la dejó caer suavemente por sus hombros, un sujetador de algodón blanco, aún contenía sus pechos. Luego, bajó su falda, cayó hasta sus pies y la pateó suavemente hacia atrás. Ahí estaba, la que una vez fue su niña pequeña, parada frente a él, en un conjunto de algodón blanco y liso, sin más adorno que la lozanía de su piel, sin encajes, sin tacones, sin maquillaje y sin embargo, era el ser más hermoso y sensual que jamás haya visto. Sus pequeños pezones, se distinguían erguidos a través de la suave y delgada tela, él ...
    ... miraba embelesado cada detalle, cada sinuosidad de su joven figura, desde su cabello bajando por sus perfectos hombros, hasta su vientre, adornado con un gracioso ombligo. Pero mirar hacia aquel discreto calzón blanco, que se hundía entre sus piernas, le hacía latir el corazón como el de un potro bravío. Ella solo se dejó observar por un momento, su entrega era total y quería que él la disfrutara entera y gozaba siendo admirada y deseada, le fascinaba sentirse especial, como si fuera la última doncella del mundo. También necesitaba ese refuerzo a su autoestima, era un bálsamo sanador para su ego. El padre, paralizado y estupefacto, solo estaba sentado, sin realizar movimiento alguno, expectante. Entonces ella le pidió que se pusiera de pie y así lo hizo. Ella se acercó y comenzó a quitarle la ropa, no hubo contacto alguno, pero podían sentir el calor de sus cuerpos, la agitación en su aliento. Cuando le hubo quitado todo y solo faltaban los boxers de su padre, se arrodilló y los bajó lentamente… emergió toda su hombría, rígida, potente, palpitante de pasión; ella la observó y por primera vez en su vida, sintió lujuria. Era para ella y pronto estaría incursionando en sus entrañas por primera vez. Su curiosidad incontenible, la hizo tomar el pene de su padre con una mano. Se sentía cálido, húmedo y muy suave; lo empezó a acariciar en un acto reflejo y en cada movimiento, sentía como él se estremecía. Entonces agarró una de las manos, del que a esa altura ya era su amante, para ...