1. Sin dignidad


    Fecha: 10/11/2019, Categorías: Incesto Autor: axel, Fuente: CuentoRelatos

    Yo, un chico muy humildito aunque también muy hermoso -modestia aparte-, y dueño de esos encantos seductores que muy comunes no son -continuemos apartando la modestia-...aquella noche allá a las afueras de cierta fiesta, me encontraba fuertemente poseído por una de esas febriles sobreexcitaciones más propias de semental bestia que de ser humano como era y soy...más allá de ciertas dudas burlonas que algunas amigas sobre mí manejan.
    
    Un grupo de exuberantísimas muchachas hallábanse alegremente compartiendo sus charlas y risas ahí en un apartado de aquel lugar debajo de una frondosa arboleda, mientras yo las contemplaba muy cerca de ellas, ahí bebiendo mi cervecita en un éxtasis de placer caliente ensimismado en la contemplación de sus femeninos encantos que en abundancia los tenían por sus generosas anatomías todas.
    
    Robustas, piernudas, tetonas, culonas, despampanantemente vivaces, y dueñas de un desparpajo propio de chicas libres de cualquier prejuicio mojigato.
    
    Al advertirme allí contemplándolas y captando aquél mi carácter más arriba explicado, comenzaron a reír maliciosamente procaces, mientras yo...cada vez más ingresaba en ese estado de descontrol propio de vulgares calentoncitos carentes de inteligencia siquiera estrecha, comenzando hasta a gemir y retorcerme de calentura, mientras hasta agarrando mi zona genital, amagaba casi a esbozar una práctica cuasi masturbatoria que no hacía sinó arrancar risitas de ellas todas.
    
    Ellas, además de hermosas también ...
    ... inteligentes a grado sumo, comenzaron exprofesamente a contornearse y hacer una y mil cosas que motivaran aún más mi encendido estado de pasional eroticidad desenfrenada, y en aquella oscura semi penumbra cómplice de sus exhibiciones que sólo eran por mí vistas pero que las mostraba libres de otras miradas extrañas, pues...comenzaron a exacerbar mis sentidos, disfrutando hasta las carcajadas aquél mi calenturiento estado en el cual comenzaba yo hasta a gritar de puro deseo lúbrico.
    
    Una de ellas en un movimiento de su pié pierde su sandalia la cual salta lejos entre el reír de ella y el de las demás, a lo que inmediatamente me grita dirigiéndome en tono de fingida órden dominantemente autoritaria, aquéllo de:
    
    -"¡Esclavo...vé inmediatamente a recoger mi sandalia, y tráemela y sin dilaciones vuelves a colocarla en mi pié!"
    
    De un salto y presto a cumplir en inmediata obediencia la órden autoritariamente recibida, corrí hasta la sandalia para recogerla y en mi trayecto hasta ella llevándola, colocarla exprofesamente sobre mi naríz aspirando su olor para que ellas lo vieran.
    
    Sus carcajadas, estallaron a estridente coro. Riéndome cómplice, hasta ellas llegué, procediendo a cumplir, con el resto de la recibida órden...es decir, colocársela en su descalso pié.
    
    -"¡Unnnn momentoooo..!" -Exclamó la chica, al tiempo que me detuve con su sandalia en mi mano, aguardando expectante su nueva directiva. Entonces, mientras reía y las demás también, luego de algunos segundos, así ...
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