1. Sin dignidad


    Fecha: 10/11/2019, Categorías: Incesto Autor: axel, Fuente: CuentoRelatos

    ... exclamó:
    
    -"¡Antes...deberás lamer mis plantas!!!"
    
    Lo confieso: creí...haber alcanzado allí, ¡el mismísimo cielo! Colocándome de rodillas ante ella, y sin dilación ninguna, mi lengua comenzó a deslizarse placentera y sin mezquindades, por sus húmedas y olorosas plantas que en aquella caliente noche, las tenía ella en abundante sudoración olorosa. Las risas de todas, eran una mezcla de crecientes risas sonoras, que iban rápidamente alcanzando el timbre de carcajadas estridentemente totales.
    
    -"¡Aaaaah, noooo...sólamente ese servicio a ella, noooo!!!" Exclamó otra, a lo que las demás, inmediatamente la apoyaron.
    
    Es decir...que debería yo, cumplir la misma tarea, ahí con todas ellas también.
    
    Mi ascenso en la celestial posición, continuaba estupendamente "in crescendo"!!!
    
    Mi lengua, comenzó a desfilar sus pasajes, por las plantas de aquellas chicas que ya, habían en mí encontrado a un masculino objeto con el cual divertirse, a sus más cochinas anchas.
    
    Mirando en derredor en práctica confirmación de nuestra absoluta intimidad libre de extrañas inoportunas miradas, aquellas muchachas rieron con las más felices rositas cargadas de una lujuriosa maliciosidad donde el obvio deseo de dar rienda suelta a sus cochinas ganas, las mostraba como verdaderas cerdas capaces del desesnfreno más desmedido.
    
    -"¡Te desnudás!" Me dijeron...
    
    -"Vamos más hacia aquel lugar más arbolado y oscuro, y allí te desnudás que vamos a jugar un poquito con vos!" Agregaron.
    
    A las ...
    ... risas todas ellas conmigo acompañandolas también con ellas riendo, hacia allá fuimos, y...me desnudé tan rápido como pudieron mis manos velozmente hacerlo.
    
    Una despampanante erección exhibía mi vergota que dimensionalmente no se la envidia al mejor dotado, y todas ellas la aprobaron con la exclamación que simultáneamente en tidas brotó, acompañada enseguida por aquellas risotadas que demostraban el gozo de sus estados. El manoseo de sus manos descaradamente recorriéndome entero, daba comienzo a la dominante orgía aquella en la cual yo, comenzaba a ser el entregado objeto de todas.
    
    Ya, mi entrega a ellas no era sinó la más cómplice actitud propia de un depravado inmoral que se deja hacer las cosas que ellas estaban en todo su derecho de hacer, dada mi complacencia desaforada y felíz.
    
    Sus carcajadas, eran el aderezo que encendía aún más aquel mi estado de calenturienta depravación que me envolvía en lujuriosidades como de demonios.
    
    Mi empinada y gruesísima verga larguísima y dura, era el jugete de sus manos y bocas, sus tetas y culos, sus coños y axilas...Yo, la sentía refregarse ya por un lado y otro de las anatomías de todas según cada cual la manejase, y mis orgasmos estallaban en eyaculaciones que las regaba de leche. Sí: aquéllo...era cosa propia de la más desenfrenada orgía de indiscutida femenina dominación absoluta.
    
    Mi lengua era un constante hacer maravillas por cuanta femenina parte ellas ordenasen maravillas mi lengua hacer, y en aquel lugar aquellas ...