1. Un día de estos te voy a follar mamá


    Fecha: 12/11/2019, Categorías: Masturbación Autor: hoerrante, Fuente: CuentoRelatos

    ... tronco. Con la boca abierta, paralizada, miró la cara de Luis. Éste sonreía.
    
    -¿Qué… qué haces? ¿Estás loco?
    
    -¿Qué hago? Pues me hago una paja, mamá. Estoy muy cachondo. Y en vez de irme al baño a pelármela, me pone más hacerlo aquí. Me excita que me mires.
    
    -Luis... esto no está bien. Soy tu madre. Para.
    
    Debería de haberse acercado a él y cruzarle la cara de un tortazo. Al menos, debería haberse ido. Pero se quedó allí, mirando como su hijo se tocaba la polla delante de ella.
    
    -Mmmm, es sólo una pajita, mamá. Ya me hice una para ti hace unos días, y no pasó nada ¿No?
    
    Rosa no contestó. Siguió mirando la mano subir y bajar a lo largo de la polla. Sintió calor en sus mejillas, en su entrepierna. Y notó como los pezones se le endurecían.
    
    -¿Por qué no te haces tú también un dedito, mamá? Me encantaría volver a ver ese precioso coño tuyo.
    
    Lo miró, abriendo los ojos. Estaba loco, eso estaba claro.
    
    -No.
    
    -Mamá, ya lo he visto. Ya vi tus tetas. Vi tu cara de placer mientras te corrías. ¿No quieres correrte otra vez? Podríamos corrernos a la vez. ¿O es que no te pone cachonda mirarme la polla?
    
    -No... eres un...
    
    -¿Un qué? Tú eres una mentirosa. Desde que aquí veo como se te marcan los pezones. Deben de estar duritos como piedras. Seguro que ya tienes el coño mojado. ¿Tienes el coño mojado, mamá?
    
    Lo tenía más que mojado. Lo sentía empapando las bragas. Pero no dijo nada. Se quedó mirando como Luis aceleraba al movimiento de su mano, como entrecerraba ...
    ... los ojos por el placer que sentía.
    
    -Agggg estoy casi a punto de correrme, mamá. Enséñame el coño, por favor. Es precioso, tan negro.
    
    -Para Luis... para ya... por... favor.
    
    -Ummm no mamá… no...
    
    -Esto es... horrible... para... no… me hagas esto.
    
    Luis dio un par de sacudidas más y llegó al punto sin retorno. El orgasmo nació y ya nada lo pararía. Se soltó la polla, que quedó mirando al techo, palpitando. Tensándose, la engañó.
    
    -Está bien... mamá... ya... pa... ro.
    
    Rosa pensó que Luis había entrado en razón. Pero de repente, su polla dio un brinco sola y un largo y espeso chorro de semen salió disparado, cayendo luego sobre los pantalones. Otro espasmo y otro chorro salió disparado. Rosa no miraba la cara de intenso placer de su hijo al correrse sin tocarse. No podía apartar los ojos de aquella preciosa polla, que parecía un ser vivo. Se tensaba y escupía. Caía un poco, se volvía a tensar y volvía e lanzar más leche espesa y blanquecina.
    
    Fueron cinco o seis latigazos, cinco o seis manguerazos. Con el último espasmo, más débil, un reguerito de leche bajó desde la punta de polla hasta los huevos.
    
    -Ummmm vaya… corrida, mamá. Me he puesto perdido, otra vez -le dijo, sonriendo.
    
    Rosa no podía articular palabra. Estaba a punto de correrse. Sabía que si se movía los más mínimo, el más mínimo roce de sus bragas, la haría correrse delante de Luis. Así que se quedó quieta, mirando la polla que tenía aún pequeños espasmos.
    
    Cuando por fin pudo reaccionar, sin ...
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