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Josy, Prostituta. Su marido testigo del inicio con su jefe. Parte 1
Fecha: 24/11/2019, Categorías: Gays Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... besó con apasionado deseo, dijo que le metió la lengua dentro de su boca como para hacer una exploración. Josy se encontró respondiendo, sin pensarlo, del mismo modo, el hombre le contagiaba toda la calentura y la afiebrada pasión que lo quema por dentro. Josy tomó conciencia de cómo y porqué estaba ahí, y se prestó a cumplir del mejor y más leal modo con el trato convenido. Javier, el jefe, no paraba de abrazarla y apretarle las nalgas, hasta meter sus dedos entre las nalgotas para ir teniendo un adelanto de lo que se comería. Repite: - ¡Estás buenísima ricurita!, ahí mismo le quitó ese accesorio que parecía el soutién y comenzó a mamarle los pechos con increíble entusiasmo. Ponía pasión en la brutal mamada que le hacía imposible controlarse, metía la cabeza entre las tetotas, engolosinado de tal modo que le contagia a su calentura, comienza a sentirle el gusto, aprecia la sensación de los labios húmedos y febriles en sus tetas. Tal vez fuera la sensación transgresora de hacerlo con un extraño, el señor de unos… 50 años estaba “sacado” (descontrolado) se desprendía como podía de sus ropas, era un lobo hambriento que no podía soltar la presa. La pasión lo había superado, le urgía cogérsela ya mismo, sin sentido de prudencia y pudores, nada más que sus ganas existía ahí y ahora, uso y abuso de su propiedad por esa noche. En un santiamén quedó desnudo, el marido de Josy, hacía de gran cornudo, mudo espectador del increíble acto de deseo y desenfreno de su jefe, ...
... la verga del hombre totalmente “al palo” erectó rapidísimo, se la pone en la mano. No era muy larga pero suficientemente gruesa y cabezona para hacerle sentir una buena cogida. -¡Anda, dale unos besitos! -pide el señor, señalando su poronga. Ella se arrodilló delante de su macho, la besó, paseó la lengua por toda su extensión, la toma en sus manos, acaricia y comienza a agitarla. - Sacude la verga, sacude, despacio. Obedece, sin dejar de mirarlo a los ojos, controlando cada gesto, cada movimiento, sabe que a los hombres les agrada que mientras los maman estén mirándolos. Los besos se hicieron más intensos y húmedos, la boca se le llena de saliva, algo se escurre por la comisura de sus labios, el hombre aprecia el gesto y la calentura lo conmueve y sacude. Sentía una agradable sensación de ternura, verlo excitado, brutalmente expresivo, como si estuvieran solos en el mundo, sin saberlo ella había saltado a otra dimensión, otra vida, otra forma de ver la vida, otra forma de disfrutar del placer de la carne, otra forma de gozar y hacerse gozar. Este hecho marcó un antes y un después en su vida, jamás renegó de esta forma de vivir y sentir el sexo, convertirlo en una forma de trabajo placentero. En ese momento se dio cuenta que siempre dentro suyo sintió esa vocación de prostituta, de servir al hombre en todos sus deseos. El señor había podido transmitirle su calentura, contagiado de modo inusual mientras sacudía el miembro dentro de su boca, sentía como su cuca ...