-
Un hombre casado (mecánico) me convierte en su puta. Parte I
Fecha: 27/11/2019, Categorías: Gays Autor: EduardoDz, Fuente: SexoSinTabues
... su leche, señor, quiero de su leche! Me dio otra cachetada. ––Quiero. –dije–. Quiero su leche, señor. Miré sus calzones negros y su gran verga salir como un barrote frente a mi cara cuando los bajó. ––Así me gusta, maricón de mierda, ya sabía que querías, ¡Mira nada mas como ves a mi verga! ¡La adoras! ¡¿Qué esperas para metértela en la boca, como la puta sucia que eres?! Nunca me habían dicho esas palabras, al principio me sentí muy ofendido, pero esa última frase, me excitó demasiado, tanto que sin que él me obligara, mis manos se alzaron para tomar semejante pedazote de carne, palpitante y húmedo en la punta. Nunca había mamado un pene, así que no sabía qué esperar con eso. ––¡Date prisa, puta! –dijo, jalándo mi cabeza y metiendo su cosa de una por mi boca. Me atraganté y comencé a toser. ––No, por favor. –imploré. ––¡Te voy a entrenar, para que seas la zorra cochina que deseas ser, aunque te niegues ahora! Su voz retumbó por todo el taller y sus manos poderosas me obligaron a tragar de nuevo su pedazote. Seguí atragantándome y tosiendo. Las lágrimas comenzaron a brotar y mi boca a sentir ese sabor agrio, salado que salía de su pene. No sé por cuánto tiempo estuvimos así, en el que él me obligaba y yo debía toser y alejarme, hasta que llegó un momento en el que aguanté más tiempo con su verga en la boca. ––Ay, así, así, ...
... ¡PUTA SUCIA! –gimió con voz gruesa, y eso me hizo sentir escalofríos y una excitación descomunal–. ¡Sigue chupando, maricón! ¡Sigue! Me esforcé por aguantar, y cuando tuve que sacarla de mi boca para respirar y toser, me la volví a meter a la boca como si se tratara de una paleta deliciosa. ––¡NO PARES PINCHE MARICON! –decía el machote, tomando mi cabeza con sus manos–. Sigue, sigue, sigue. ¡OH, OOOH, ME VOY A CORRER, MARICON, ME VOY A CORRER EN TU GARGANTA! Sentí que su pene palpitaba dentro de mi boca, y aunque quise alejarme, porque necesitaba respirar, él no me lo permitió, y se corrió dentro, gritando y gimiendo como un toro. Se estremeció y jaló de mis cabellos, y así pude respirar y toser. Casi vomito. Me quedé arrodillado, con naúseas y mareo, lágrimas y excitación, de sentir que el semen de ese machote estaba en mi boca, y me lo había tragado casi todo. Cuando lo miré, él seguía disfrutando, jalándose el palo sin dejar de gemir y sudar. ––Lo has hecho bien, maricón. –dijo riéndose–, lo has hecho tan bien que mereces otra de estas –agitó su verga–. Ahora eres mi puta, mi puta sucia. ¿Te gusta, verdad? No dije nada, me levanté y pregunté: ––¿Puedes llevarme a mi casa? ––Claro que sí –dijo–, tu trabajo está terminado. Espero que les haya gustado mi relato. Pronto seguiré contándo más de lo que me pasó y otras experiencias.