Mis memorias - Sexto capítulo - Relatos Eróticos

Mis memorias - Sexto capítulo

... su mano que me acercara porque estaban bailando en la pista. Guau los caballeros estaban de muerte papacitos porque me aparecen hasta ahora. Jejejejeeje. Entonces me les acerque moviendo mis brazos al son de la música. Hay estuvimos varias piezas y luego a la mesa. Nos sentamos mi hermana me dice al oído

– Mamita esa culi faldita tuya ya la tienes a la cintura. Yo me fije y si, mis nalgas estaban al aire. Nos reímos y así la deje. Al lado mío se me sentó Adolfo y yo me le arrime para conversar, lo que el interpreto como un: Bésame. Y agarrando mi quijada acerco su boca a la mía y nos besamos, lo abrace, nos separamos un momento le sonreí. –hola muñeca. – hola papacito lindo como estas. – No acá encantado de conocerte, tu hermana se quedó cortica contigo eres muy bella. Volvimos a besarnos – no y tu estas divino. Su mano se posó en mi entrepierna. Al voltear y ver a mi hermana también se estaba besando con Serrucho así le decía Adolfo.

- ¿tu hermana me conto que estas recién casada? – Aja me case este fin de semana.

Le respondí haciéndole cara de seducción y enrollándole el cabello con mis dedos.

- Hay sí, figúrense que me alcance a arreglar y salir a tiempo.

Incorporándome un poco para contarles a los tres. – ¿Por qué, que paso? Me pregunta Carolina.

- Porque cuando el taxi en que me venía volteaba por la esquina David venia ya para la casa. Me toco que agacharme para que no me viera. Donde no lo, haga me hubiera podido ver, no pues grave no estaría ...

... acá.

Y volteándome volví a besar a Adolfo. Prendí un cigarrillo, y me tome mi primer ron de la noche no sin antes brindar

– Haber queridos que esta noche sea una noche de pasión y mucho sexo. – Que así sea. Exclamo serrucho. Todos soltaron la risa y brindamos. Adolfo volvió y sirvió y brindo diciendo:

– Yo brindo por el placer de conocerte y agradezco que tu maridito, no te hubiera visto salir así te pude conocer y estar contigo. Volvimos a besarnos y yo le acaricie su pierna subiendo hasta sentir el bulto de su verga, el que se le notaba en completa erección, voltee a mirar el sitio las mesas eran altas por lo que no se veía al vecino además era lunes de poca concurrencia. Seguí acariciándolo y con mirada le decía que quería mamársela, mordiéndome los labios y respirando fuertemente. Me metí debajo de la mesa abriéndole las piernas le desabroche el pantalón, abriéndosela mi mano acaricio su bóxer y luego la introduje, le saque su verga me quede mirándosela y luego a sus ojos mi lengua le acariciaba la entrada de la uretra saboreándome sus jugos babosos, seguía mirándolo el verraco no disimulaba su excitación se agarraba de la mesa y su respiración aumentaba sus pulmones. Me la metí a la boca gozándomela parecía un cono al revés gruesa en la raíz y delgada en la punta. De unos 15 centímetros sus huevos bien forrados y pegados al cuerpo, los recorría con mi lengua 5 minutos de sentirla en mi boca voltee a mirar por debajo de la mesa y vi que mi hermana le tenía agarrada la ...