1. Mi ahijado me coge


    Fecha: 03/12/2019, Categorías: Gays Autor: jesimorena, Fuente: CuentoRelatos

    ... humectante… o crees que ignoraría la recomendación de Marlene?
    
    —Ahhhh verdad pero ya me apliqué un poco en los hombros y…
    
    —Ni intentes negarte, que entre otras cosas estoy aquí para cuidarte, mira nada más como traes la piel
    
    -Humm… creo tienes razón, el ungüento me va a refrescar
    
    —Eso ni dudarlo, vamos acomódate mientras busco la crema
    
    Mientras Danilo leía las etiquetas de varios pomos tratando de hallar el humectante, me quité la sábana de encima y me ubiqué boca abajo, estiré mi bata al máximo de forma que me cubría hasta debajo de las rodillas, la apreté entre mis muslos para que no se me subiera; luego bajé los tirantes descubriendo mi espalda, y procuré tapar mis pechos con la almohada.
    
    En breve se sentó junto a mí, bajó un poco más mi batita y un chorrito fresco de crema cayó sobre mi espalda; acto seguido las suaves manos de mi ahijado empezaron a distribuir el líquido por mi dorso. Lo hacía despacio, alcanzando mis hombros y escurriendo sus yemas hacia abajo, al llegar a la parte media de mi espalda tuve el primer respingo, siempre he sido sensible y no pude evitar un ligero gemido
    
    —Ahhhh
    
    —Duele?
    
    —No... no… está bien así…
    
    —Ok, entonces sigo…
    
    —Si… por fa…
    
    —Te gusta así?
    
    —Si… si…
    
    —Eso Jesi… así… así… relajadita…
    
    Sus yemas continuaron paseándose, recorrían con suavidad mi cintura, avanzaban por mis costados , las sentía fuertes, tibias, inquietas y sin poder evitarlo en varias ocasiones me estremecí a su ...
    ... contacto.
    
    Usando un poco más de humectante descendió acariciando parte de mis caderas, entre subidas y bajadas desvió sus manos intentaron llegar desde atrás a mi vientre, hace tanto no había sentido estímulos de ese tipo que no pude evitar relajarme dando lugar a que sus dedos rozaran con disimulo la frontera de mi pubis. Volví a gemir.
    
    Eran delicioso las sensaciones que me provocaba mi cuerpo había olvidado el gustito del roce y estaba despertando nuevamente al placer, pero en un arranque de sensatez, me apreté contra el colchón impidiéndole avanzar más
    
    —Tranquila Jesi… tranquila… afloja… afloja el cuerpo…
    
    La delicada danza de sus manos me estaba haciendo perder el juicio, me gustaba lo que me hacía, como me tocaba y solo cerré los ojos dejándome llevar, el notaba mi predisposición y me animaba con sus palabras
    
    —Así… así… relajadita… date vuelta linda, para ponerla en tus piernas…
    
    —Ahhh
    
    Respondí con otro gemido… (Ponerla en mis piernas? Que es lo que quiere poner en mis piernas! pensé)
    
    Giré suave mi cuerpo, quedando boca arriba, estaba tan concentrada en los estímulos y en la excitación que me producía, que por un instante olvidé que al tener la pijama a la altura de mis caderas al dar vuelta mis pechos desnudos quedaban ante sus ojos.
    
    Los tenía allí, grandes, redondos con un par de orgullosos pezones desafiándolo, Danilo no podía apartar la vista de ellos ni yo de su bermuda templada en la que claramente se dibujaba su miembro en acción.
    
    No hicimos ningún ...
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