1. Mi madre, mi amante.


    Fecha: 04/12/2019, Categorías: Incesto Autor: Crusnik, Fuente: SexoSinTabues

    ... mejilla. - De nada, la verdad es que yo también me lo he pasado bien. Te ves espectacular. Mi madre se quedó dormida en el sillón, el vestido se le levantó hasta la altura de su ombligo dejando a la vista sus bragas, de la cual se notaba el bulto de su monte de venus sumado a sus vellos púbicos. Levanté a mi madre y la acompañé a su cama. Intenté dormir, pero no podía quitarme de la cabeza la imagen del chochito desnudo de mi madre. Estaba en la cama sin poder dormir cuando oí algunos ruidos. Sigilosamente me levanté. Los ruidos venían de la habitación de mi madre. Al acercarme eran unos ruidos inconfundibles…de alguien que se masturba. Esa noche se me hizo eterna. Al final tuve que masturbarme pensando en mi madre. Por la mañana cuando escuché que mi madre se levantó, hice lo mismo y bajé a desayunar. El día era de un intenso azul de verano…maravilloso. Mi madre tenía otra cara…la de alguien que lo ha pasado mal y está un poco mejor. Para el fin de semana reservé un pequeño chalet con piscina en las afueras de la ciudad, donde cada quien tenía su habitación separada. Nos metimos a la piscina. Mi madre llevaba su viejo bañador azul de una sola pieza que le quedaba muy entallado. Los pelos de su coño se salían por los lados y dejaba ver parte de sus nalgas. Esa noche la invité a una película en el cine. Mamá se divirtió de lo lindo. Todavía soltaba alguna carcajada de vuelta a casa. Nos fuimos a dormir y otra vez me costó mucho, por haber visto a mi madre en la piscina y ...
    ... recordar como se masturbaba. Otra vez lo hizo esa noche (y yo la imité). Mi polla estaba a mil, cuando empecé a escuchar los consabidos ruidos de la habitación de mi madre. Sin ruido me dirigí a su puerta, pegando el oído, ya que además de los gemidos me pareció oír algo más… - ¡Oh, sí! ¡Qué bueno!, ¡qué bueno!… ¡Sí!, ¡sigue así… hasta el fondo, no pares, hijo! ¡No pares!, ¡sigue así, mi amor, no pares, dame placer…! No me lo podía creer. Mi madre se pajeaba pensando en mí. Estaba anonadado. Por la mañana tras desayunar fuimos a la piscina. - El agua está de vicio. - Sí, hijo, ¡está muy buena! - ¿Por qué no usas bikini, mamá? - Porque estoy muy vieja. - Ya te he dicho que tienes un cuerpo espectacular que envidiarían muchas jovencitas. Braceamos un poco. Luego mi madre se fue a la perezosa. Al caminar la tira de su traje de baño calló dejando ver una teta. Su pezón marrón estaba erecto y tenía aureolas grandes. Yo me quedé embobado. Fui hasta donde estaba y la abracé por atrás. Las imágenes sexis de mi mamá que había visto en esos días tomaron el control de mi cuerpo y sin pensarlo quité la otra tira de su traje y lo deslicé por el piso. Mientras besaba y acariciaba su cuerpo. Su coño, perfectamente arreglado salió a la luz. Pasé mis manos alrededor de sus labios vaginales mientras chupaba su clítoris. - ¡Para hijo! ¡Soy tu madre! –Lo decía sin ganas. La miré a los ojos, la abracé y le di un beso en la boca. Ella me respondió. Pude notar como sus pezones se ponían duros como ...