1. EL TORMENTO Y EL EXTASIS (1)


    Fecha: 08/12/2019, Categorías: Incesto Autor: Barquidas, Fuente: SexoSinTabues

    ... “profesión” y desempeñándola con más “soltura” de día en día, hasta que ocurrió lo que varió su vida. Fue una noche como otra cualquiera, a eso ya de la una de la madrugada. Volvía de atender un “servicio” cuando Marta se le vino encima • Laura tenemos un grupo de tíos la mar de marchosos. Con ganas de “jarana” y, al parecer, “pasta” larga. La “Pelos”, la “Larga” y la Noemí ya han “cazado” uno cada una de ellas y se los han llevado al “huerto” con más de doscientos “pavos” tía. La Patro y la “Lunares” acaban de unirse al carro y si no espabilas te quedas fuera, nena. Laura se unió a Marta dejándose conducir hacia un grupo de dos o tres mesas de donde provenía bastante barullo • Están pidiendo botellas de cava a mansalva… Ni sé las que llevarán abiertas ya… Todos están bastante “curdas” ya; claro, es que cuando entraron venían ya bastante entonados. Sólo hay uno que me guste; es el único que no está “curda” pues apenas bebe… Allí está con una “tónica” y una cara de palo que para qué te cuento… ¡Vamos, un “gilipollas”! Al fin las dos amigas llegaron hasta las mesas de la bullanga y Marta presentó a su amiga • Chicos, esta es mi amiga Laura, como veréis un bombón de nena. “Hola Laura, siéntate guapa” gritaron a coro varios de los curdas. Iba ya a sentarse cuando uno del grupo de “machos” se levantó y Marta dijo, por lo bajinis, a Laura • Ahí está el gilipoyas, el “cenizo” Fue entonces cuando Laura le vio por primera vez… Y al punto sintió que la sangre se le helaba en las ...
    ... venas. El hombre se acercó a Laura y Marta, diciendo con suma amabilidad • Señorita Laura, ¿querría salir conmigo afuera? Marta se quedó alucinada, viendo pajaritos, ante la reacción del “cenizo” a la vez que decía • ¡Eso es determinación en un hombre! ¡Nena, aquí te pillo y aquí te mato El “cenizo” tomó a Laura del brazo y, sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo, la condujo hacia la salida, mientras ella se dejaba arrastrar mansamente y con la cara más blanca que el papel. Salieron los dos a la calle y el hombre llevó a Laura hacia su coche. Entonces la mujer rompió a llorar. Subieron al coche y el “cenizo” sacó un pañuelo que alargó a Laura • Deja de llorar Laura, que no pasa nada. Aquí me tienes a mí para lo que sea necesario • Yo… Yo… ¿Por qué tuviste que venir Juanjo?. ¿Por qué…? ¿Por qué tuviste que verme así?. ¡Dios mío!. Hecha… Hecha una puta • Calla Laura, hermanita… Calla cariño… No digas nada… Ni ahora ni nunca… No es necesario… Nunca será necesario… Los dos callaron y en el coche sólo se escucharon los sollozos de Laura. Llegaron por fin a una de esas urbanizaciones tan modernas, con piscina comunitaria y toda la pesca. El coche dio algunas vueltas por sus calles hasta que frente a un bloque de edificios se paró. El “cenizo”, es decir, Juanjo, el hermano de Laura, aparcó en uno de los espacios del aparcamiento que ante las viviendas se abría. Se bajó del coche y abrió la portezuela del copiloto, dando la mano a Laura para ayudarla a bajarse también ella del coche y, ...
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