Vanesa: Plan de estudio
Fecha: 13/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos
... ropa interior estuviera movido. Examinó un poco y se dio cuenta que le faltaba su tanga roja de encaje, esa que se le clava entre las nalgas. De inmediato le vino a la mente su sobrino.
—Hola, ¿a qué hora llegaste?
—Tendrá unos cinco minutos tía.
—¿y ayer?
—Igual, si quieres llegó más tarde o te espero afuera.
—No no como crees, solo déjame ponerme algo más cómodo y vuelvo.
Echo un vistazo a su cajón y vio que ya estaba ahí su tanga, seguro lo imagino todo. Luis es un buen muchacho pensó. Cuando bajo, en un short y camiseta, noto como la cara de su sobrino cambio de inmediato, se la comía con la mirada.
—Ahora si te acepto el sándwich tía.
—Voy, ¿con mayonesa y mostaza?
De nuevo volteó y lo vio hipnotizado en su culo y con la boca abierta. Algo en ella también se movió, y por primera vez en años sintió un poco de pena. Tal vez ella lo provocaba por andar con esa ropa. Debía de hacer que todo volviera a la normalidad. Cuando regreso con el plato de sándwiches recordó que no trajo nada de tomar.
—Luicito, te traes el jugo del refri por favor.
—Si… voy…
Cuando se levantó, Vanesa pudo ver un tremendo bulto en el pantalón de Luis. Tenía una erección. Él era bajito, moreno y bastante común, salvo por el tamaño del paquete que sobresalía en su entrepierna. No lo podía creer, ahora ella no podía dejar de mirar su pantalón. Trato de evitar cualquier contacto visual y se despidieron, ambos estaban nerviosos. Pero era viernes y no lo vería hasta el ...
... lunes.
—El lunes temprano, nos falta mucho Luis.
—Si tía, gracias.
En efectos su tanga estaba en su cajón, ahora faltaba su juego de lencería con ligeros. Pero, ¿qué hacía con su ropa? ¿Se masturbaba?
El lunes aprovecho que salió temprano y cuando Luis llegó ella ya estaba cambiada y lista para la lección.
—Hola Luis, ¿listo para aprender?
—Si tía, traje pizza
—Que rico, déjame voy por platos.
Camino despacio, dándole tiempo a su sobrino de admirar aquel espectáculo. Se puso una tanga negra de encaje, como la que se había llevado su sobrino, unos leggins negros súper apretados, que además se bajaban un poco con el movimiento y dejaban ver el resorte de su tanga. Un brazier morado, igual de ajustado y además pequeño, sus pezones se asomaban un poco, la camiseta floja ayudaba a que le fuera más fácil echar un vistazo.
—¿se ve muy rico no?
—Si…
—¿que se te antoja?
—A mi…?
—Si, ¿jugó, refresco o quieres una cerveza?
—Jugó
Vanesa se tomó un par de cervezas, aprovechaba cada oportunidad para agacharse y buscar cualquier cosa en los muebles, segura de que su sobrino seguía sus movimientos y de que su tanga se asomaba cada vez más. Así pasó la tarde y Vanesa le pidió que le ayudara a subir las escaleras, estaba un poco mareada.
—Ven, agárrame de la cintura.
—Si, con cuidado.
Sentía como la mano de Luis bajaba cada que podía hasta sus nalgas, y por su parte Luis podía sentir en la llena de sus dedos aquella tanga y el borde de sus ...