1. Vanesa: Plan de estudio


    Fecha: 13/09/2017, Categorías: Incesto Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... leggins que parecía reventarían en cualquier momento.
    
    —Gracias, me voy a bañar y me duermo. Te espero mañana puntual.
    
    —Si tía, adiós.
    
    Ella le dio un abrazo y lo pego contra ella, pudo sentir la firmeza de aquella verga contra su cuerpo, además sus tetas chocaron contra la cara de sus sobrino, que aprovechó para dejar caer sus manos y pasarlas por todo el culo de su tía.
    
    —Adiós
    
    —Adiós tía.
    
    En cuanto escucho que bajaba las escaleras, acabo con aquella mala actuación de tía borracha y se metió a la regadera, estaba húmeda y su tanga también se había mojado. Sus dedos rozaron su clítoris bajo el chorro de agua caliente y ya no pudieron parar hasta que se provocó un delicioso orgasmo. Cuando salió, buscó su pijama y vio el juego de lencería en su cajón. Luis regreso y la vio masturbarse. Se asomó por la ventana y vio cómo se alejaba su sobrino.
    
    A las 4:00 p.m. Luis estaba en la puerta, ella lo vio entrar mientras bajaba del taxi.
    
    —Hola Luis, perdón por lo de ayer.
    
    —No tía, no te preocupes.
    
    —Voy a cambiarme y regreso, hoy toca matemáticas.
    
    —que difícil
    
    Vanesa dejó la puerta de su habitación abierta, sabía que desde la sala se veía el reflejo del espejo. Sabía dónde pararse para que se viera todo. Entonces se bajó de los tacones, desabotono su blusa dejando ver como cambiaba su brasier de encaje por uno de algodón, luego dejo caer su falda y dejó expuesto aquel hermoso culo, bajo su ganga blanca y la sustituyó por un cachetero de encaje, ...
    ... luego, con muchas dificultades subió sus leggins hasta comprimir sus nalgas. Se miró al espejo y se dio vuelta para corroborar que su culo se veía espectacular. Luego bajo como si nada.
    
    —Listo, tráete un bote de helado que compre, esta hasta abajo.
    
    —Voy tía
    
    Era evidente que la erección de su sobrino estaba fuera de control, ella lo estaba disfrutando, aunque no sabía hasta donde estaba dispuesta a llegar con aquel juego.
    
    —Aquí no hay nada!
    
    —Hasta abajo, déjame ver.
    
    Luis se ha un lado y Ella sin doblar las rodillas se inclinó, sus leggings se recorrieron más de los normal, podía ver parte de su culo.
    
    —No, sabes que, no lo saque. Lo dejé en la bolsa del súper.
    
    —Pues… mmm si quieres tomamos jugo,
    
    —De todos modos, déjame lo guardo.
    
    El bote estaba convenientemente en una esquina de la cocina y se había derramado casi por completo.
    
    —Pásame toallas de papel por favor.
    
    —Si tía voy.
    
    Ella se arrodilló y luego se inclinó hasta que su culo quedó levantado, meneaba su cuerpo mientras limpiaba el piso. Luis ya no podía, el culo de su tía era lo más hermoso que hubiera visto jamás y lo tenía a escasos centímetros. Los cacheteros que eligió hacían que su culo luciera más apetecible.
    
    —Listo, tendremos que pedir algo.
    
    —No importa tía.
    
    La frente sudorosa de Luis fue la prueba de que aquello había sido un éxito.
    
    —Voy a poner un poco de música, ¿te molesta?
    
    —No
    
    —¿Que música te gusta?
    
    —Cualquiera!
    
    Prendió el estéreo y buscó el cable para ...