1. La historia de Malena 14


    Fecha: 15/12/2019, Categorías: Incesto Autor: relator23, Fuente: CuentoRelatos

    ... todos los dias durante un mes por lo menos…esas deben ser vainas de las hormonas esas que me tomé por un tiempo… ¡no jombre! Se lo dije al médico ese, que esa vaina me iba a hacer daño.
    
    La última vez que lo vio fue el día de su partida con suferomonístico compañero rumbo a El Calvario.
    
    Ese día, cuando ella iba saliendo de la oficina de Gonzalo, coincidieron en la puerta, se lo tropezó, él la saludó con amabilidad, ella no le respondió y le torció los ojos con desdén…era su manera, muy suya, por cierto, de mostrarle su despecho de hembra ofendida por su desdeñosa conducta.
    
    EL DESEO POR FELIPE
    
    Al regreso de su maratón sexual con elferodemoníacocompañero de aventuras sexuales y trabajo, corrió a refugiarse en los brazos de Leonardo para compensarlo por tanto tiempo de abandono e inactividad sexual, y, para que no se le ocurriera cambiarla“por la idiota esa de lacolombiche”,que era una compañerita de trabajo de lo más bella que él tenía en la Regional y que según le habían chismeado las malas lenguas, estabacayendo o ya se había estrellado en la red de Leonardo.
    
    Principalmente quería recordar lo que erahacer el amor con amor.
    
    Pocos dias después de su regreso, tuvo lugar la fiesta para celebrar el día de las secretarias con que la compañía las festejaba y las agasajaba. La celebraron en el local del restaurante de moda en Ciudad Jardín.
    
    Invitaron a los ejecutivos de la regional. Juan asistió acompañado de su esposa.
    
    Malena fue la organizadora y desde ...
    ... tempranas horas de la mañana del día del evento, se ocupó de darle los últimos toques a la decoración, disposición de la comida, bebidas, buffet, mesas, sillas…y mientras trajinaba había estado trasegando gran cantidad de whisky.
    
    La fiesta comenzó a las doce en punto del mediodía.
    
    MALENA LO CUENTA CON SUS PROPIAS PALABRAS:
    
    PRIMER ACTO.
    
    Para las dos de la tarde, mis restricciones morales y mis timideces -que al principio siempre bloquean la expansión de lo poco de sociable que hay en mi personalidad- habían sido suprimidas por los vasos de whisky que había estado ingiriendo. No estaba borracha, estaba en un estado de adormecimiento del cuerpo que me proporcionaba gran fortaleza ante la ingesta alcohólica, que me impedía, por más que bebiera, pasar al siguiente estado.
    
    Mi novio Leonardo, tardaría aun un buen rato en llegar al sarao: su amigo Oscar, me informó que le habían asignado un trabajo de última hora y no llegaría antes de las cuatro.
    
    Yo vestía una minifalda negra, escotada por delante y por detrás que le hizo exclamar a más de una, que hubiera sido más decente que hubiera venido desnuda- la cual, se adhería como papel adhesivo a mis redondeces, resaltando sensualmente mis voluminosas formas. (Órdenes de Gonzalo, el vestirme así).
    
    Bajo mi sensual y corto vestido, solo llevaba unas leves pantaleticas. Cada vez que me sentaba en las bajas banquetas que constituían el único mobiliario del local apropiado para sentarse, quedaban al libre escrutinio público mis ...
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