1. El Cazador - Parte 6


    Fecha: 15/12/2019, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... que aquel supuesto médico le hiciera algo. ―Iré a traer nuestra ropa ―le escuché decir a Pablo. ―Casillero 32 ―le dije, sin volverme a mirarlo para no perder de vista a Santi. Luego de revisarlo, el medico se volvió hacia Fabián y asintió con la cabeza. ―Se pondrá bien ―dijo tranquilamente. ―Igual me lo llevaré ―dije con firmeza, esperando alguna reacción de su parte, pero no hubo ninguna. Sin esperar a decir algo más levanté al muchacho y me lo llevé hacia los casilleros, donde había dejado mi ropa, encontrándome con Pablo saliendo del lugar. ―Toma ―dijo entonces uno de los hombres de Fabián, entregándome una bolsa con ropa dentro y un pequeño sobre ―, la ropa de Mateo ―continuó, mirándome con cara de pocos amigos. En tiempo record, los tres nos vestimos y salimos de aquel horrendo lugar lo más rápido que pudimos, suspirando aliviados cuando por fin estuvimos en la calle. ― ¿En qué estabas pensando? ―le resondré a Santi apenas recuperé el aliento. ―No lo sé… Estaba caliente y necesitaba dinero, no pensé bien las cosas ―dijo, con rostro adolorido. ―Pudiste haber muerto… ¿Lo sabes? ―continué, mirándolo ásperamente. ―Ya no seas tan duro con él, creo que se siente ya bastante mal ―intervino Pablo. El rostro magullado y adolorido de Santi terminó por ablandarme y me tranquilicé un poco, aunque aún no estaba seguro de que iba a suceder ahora entre Fabián y yo. Luego de ver su verdadero rostro, no podría estar tranquilo. ―Por favor, no puedo regresar a mi casa así, mi mamá se ...
    ... preocuparía y llamaría a la policía. ¿Puedo quedarme en la tuya? ―me preguntó ―Puedes quedarte con nosotros ―intervino Pablo con una sonrisa―, el departamento de mi amigo es grande y está a sólo unas cuadras de aquí. No creo que le moleste. La idea de Pablo parecía la más lógica, especialmente porque mi departamento estaba bastante más lejos y además tenía un compañero de depa muy preguntón y para ser sincero no quería contarle sobre el lugar en donde había estado. Lo único que quería era olvidar que alguna vez fui allí. ― ¿Está bien? ―le preguntamos a Santi y él accedió. En unos minutos, a bordo de un taxi, llegamos al mencionado apartamento. Un par de minutos después estábamos ya tocando la puerta. ― ¿Pablo? ¿Qué pasó? ―preguntó un joven blanco y simpático que me hizo desconcentrarme por un momento de lo que estaba pasando. ―Ahora te cuento todo ―dijo Pablo mientras nos invitaba a todos a entrar―. Chicos, él es Adrián. Adrián, ellos son Santiago y Alex. Nos presentó de forma rápida, tanto que no me dio tiempo para estrechar la mano de Adrián, a quien moría por tocar en ese momento. Mientras Pablo le relataba lo sucedido, dándole explícitos detalles que me parecieron innecesarios y me hicieron sentir algo avergonzado, yo me la pasé observando el bello rostro de Adrián, fijándome en cada una de sus expresiones al escuchar la historia. Era un muchacho muy guapo y tenía un cuerpo muy rico. No fue hasta que se puso de pie para invitarnos algo de tomar que pude ver el par de nalgas ...
«12...5678»