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El Cazador - Parte 6
Fecha: 15/12/2019, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues
... que se cargaba… Llevaba puesto un buzo plomo ceñido a su cuerpo que dejaban claramente ver que tenía un culo perfecto, redondo y firme. No había duda que aquel era un espécimen hermoso en todo sentido. ―Claro que puedes quedarte aquí ―dijo Adrián al final de la historia, mirando con pena a Santi―. A Cristian no le importará en absoluto. De pronto la puerta del departamento se abrió y un joven alto, moreno y muy guapo apareció por la puerta, lanzándonos una mirada de confusión que se vio muy cómica. ― ¿Qué sucede? ―preguntó el recién llegado y de inmediato Adrián se puso de pie y fue hacia él. ―Ahora te lo explico ―dijo y luego le plantó un tierno beso en los labios que acabó por completo con las ilusiones que me estaba haciendo de comerme aquel culito. Luego de una rápida explicación y una más rápida presentación, me enteré que aquel moreno guapo era Cristian, el novio de Adrián, y que ambos llevaban viviendo juntos en ese departamento por ya un buen tiempo. Al parecer el padre de Cristian los apañó para que pudieran vivir juntos, algo que me sorprendió bastante y me dio algo de envidia también, no sólo por la suerte que tenía Cristian de tener un padre así de openmind, sino también por tener un culito como el de Adrián a su disposición día y noche. ―Hacen una linda pareja ―comentó Santi, con los ojos brillando de emoción y no podía culparlo, era raro ver una pareja feliz y estable en estos días; al menos yo no conocía ninguna, todo lo que conocía era sexo al paso, ...
... satisfacción momentaria, ni siquiera yo había estado cerca de tener una pareja, todas las personas que me habían gustado lo suficiente para intentar algo habían resultado ser una decepción. ―Bueno ya es hora de irme ―dije, sintiéndome cansado por todo lo que había pasado esa tarde. ―No te preocupes, Santi estará bien con nosotros hasta mañana ―dijo Adrián, con una sonrisa que me cautivó. ―Regresaré por la mañana a ver como sigues ―le dije, acariciando el rostro de Santi. ―Gracias por todo ―dijo, mirándome con ternura―, en serio. ―No hay de que, bonito. Luego de despedirme de todos, salí del edificio y empecé a caminar calle abajo, buscando alguna avenida donde poder tomar algún tipo de transporte, pero por más que caminaba lo único que encontraba eran más calles pobremente iluminadas. Entonces con el rabillo de mi ojo pude ver a un auto acercarse por detrás de mí, avanzando lentamente, como si estuviera siguiéndome, lo que hizo que mis pelos se pusieran de punta. No sólo me encontraba en una zona que no conocía y casi completamente oscura, sino que no había ni un alma alrededor. A pesar de que había la posibilidad de que no me estuvieran siguiendo y que fuera sólo paranoia mía, decidí apresurar el paso y doblar en la siguiente esquina lo más rápido posible, pero justo cuando estaba por cruzar una sombra se me atrevesó y el golpe me lanzó al suelo. Mi piel se puso de gallina al darme cuenta que me encontraba en el piso y que estaba a la merced de quien sea que me haya estado siguiendo. ...