La madre de Renato
Fecha: 14/09/2017,
Categorías:
Voyerismo
Autor: Jorge, Fuente: CuentoRelatos
... una sabrosa pajeada, mientras apoyaba ambas piernas a cada lado de la bañera. No podía salir de mi asombro ante esta situación, pues ella siempre se había comportado de una manera correcta y seria y yo la tenía como una mujer muy decente y nunca me la había imaginado disfrutando de esa manera con una paja y menos hecha por sus propias manos.
Ante esta visión tan estimulante y ya bastante excitado por la situación en el cuarto de Renato no pude resistirme, y me saqué el rabo, que estaba bien endurecido, y comencé a mi vez a pajearme asomado a la puerta. Enseguida empecé a disfrutar y dejándome llevar por el deseo y la curiosidad, sin apenas notar lo que hacía, avancé puerta adentro y me situé al lado de la bañadera, dejando mi pinga expuesta a medio metro por encima de la cara de la mamá de Renato que seguía disfrutando sus propios estímulos, tenía los ojos cerrados y gemía cada vez más fuerte, mientras empezaba a mover las caderas hacia arriba y abajo, dejándome al fin disfrutar de su panocha, enmarcada en un negro y tupido vello púbico, destacando su raja grande y roja con un gran clítoris que constantemente acariciaba y apretaba, mientras metía otro dedo dentro de su concha. En unos minutos llegó al orgasmo y luego de algunos gemidos y movimientos espasmódicos abrió lánguidamente los ojos, para enfrentarse de golpe con los 25 cm de mi pinga, negra y gorda y con una erección descomunal. Sin poderlo evitar lanzo un pequeño grito, que enseguida me sacó de mi ensoñación. ...
... La situación era bastante complicada y embarazosa y yo no sabía qué hacer, solo seguía mirando su cuerpo desnudo y mantenía la mano sobre el rabo que sentía cada vez más duro y palpitante, ella se tapó tímidamente su concha con una mano y con el otro brazo sus senos y empezó a recriminarme, a hablarme de su hijo, que era mi mejor amigo y que eso que había hecho de entrar a su cuarto sin permiso era una falta de respeto y que iba a pensar Renato si entraba en ese momento y bla, bla, bla, pero mientras hablaba no apartaba sus ojos de mi herramienta e incluso, de manera inconsciente, había dejado de taparse sus partes y empezado de nuevo a acariciarse los senos y el clítoris. Yo no me había movido y ella sin dejar de acariciarse el bollo, de pronto tomó con su otra mano mi pinga y empezó a apretarla, al punto que me explicaba que hacía más de un mes que estaba disgustada con su marido y no tenían relaciones sexuales y que la vista de mi rabo la había excitado mucho, que nunca había visto una pinga tan joven, grande, gorda, tan dura y además negra y no había resistido la tentación de tocarla, acto seguido se levantó y ante mi asombro se metió mi pene en la boca y empezó una agradable mamada. Como dije antes, aunque era muy joven, mi pinga era bastante grande y gorda y ella la tomó entre sus dos manos mientras su boca se tragaba la cabeza y varios centímetros del cuerpo, era alucinante ver a la mamá de Renato tratando de meter en su boca la mayor cantidad del rabo, en ocasiones ...