1. La chica rockera


    Fecha: 19/12/2019, Categorías: Erotismo y amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... vez me he sorprendido a mí mismo años después en medio de la calle girando la cabeza al oler aquel aroma buscando su larga melena entre la multitud. Llegué al lavabo, me eché algo de agua en la cara y me dispuse a volver con mis amigos. Al regresar del baño me encontré con la misma chica en el grupo que teníamos al lado. Por supuesto comencé a hablar con ella de inmediato.
    
    Su nombre era Rebeca y también estaba en la universidad. Era una estudiante de Ciencias Ambientales especialmente dulce. Durante las siguientes canciones hablamos al oído del otro aprovechando cualquier excusa para entablar contacto físico. También bailamos más de una canción, especialmente cualquiera que permitiera agarrarla de la cintura. A medida que pasaban las canciones y las copas hablábamos más y más cerca el uno del otro, aprovechando la cercanía para apoyar mi mano en su espalda. Durante una conversación que no recuerdo y apuesto sería más que banal, rocé su oreja con mis labios mientras le decía algo al oído. Su cara al separarme cambió ligeramente, y juraría que incluso se mordió el labio inferior de manera sutil. En aquel momento no pude aguantar más y la besé. Por suerte ella devolvió mi beso y sentí que iba a ser una buena noche.
    
    Tras dos besos más que húmedos nos apartamos a un pequeño rincón de la discoteca lejos de nuestros grupos. La coloqué contra la pared y seguimos besándonos. Ella me agarraba la cara mientras yo la tenía agarrada por la cintura. En más de una ocasión me ...
    ... mordió el labio inferior con una media sonrisa que me volvía loco y que aún hoy recuerdo. Pasó sus manos por mi cintura y me pegó a ella. Aquel movimiento hizo que tuviera que apoyarme en la pared que tenía justo detrás. Pude entonces sentir su pecho en el mío y ella sentir mi abultada entrepierna en la suya. Se nos escapó más de un gemido cuando mi mano izquierda se posó en su culo el cual apenas contenían sus apretados vaqueros. Entonces ella se separó de mí, me agarró la mano y me llevó hacia la salida del local buscando algo de aire fresco.
    
    Nada más salir el portero que nos había dejado pasar nos miró de reojo y nos ofreció un sello para volver a entrar que ni nos molestamos en ponernos. Ambos sabíamos que no volveríamos allí dentro. Agarrados de la cintura y besándola en el cuello nos apartamos hasta la esquina menos transitada que encontramos. En ese punto continuamos con lo que habíamos empezado pero esta vez en una zona más tranquila. Su lengua sabía a alcohol y sus gemidos eran lo único que rompía el silencio de aquella calle poco transitada. Sólo podía pensar en ver qué había debajo de aquella ropa ajustada y devorar uno a uno cada centímetro de su suave piel. De nuevo la puse contra la pared y agarré con fuerza su culo casi subiéndomela encima. No dejaba de besarla y ella hacía lo mismo conmigo. Ambos con los ojos cerrados nos comíamos casi con rabia. Nos daba igual cualquiera que pudiera vernos, sólo existíamos ella y yo. Se pararé mi mano derecha de su culo y me ...
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