1. Cinco días antes de su boda


    Fecha: 14/09/2017, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Sentila, Fuente: CuentoRelatos

    Laura despertó temprano. Sentía el roce de las sabanas en su piel desnuda. Su pequeña bombachita había quedado enrollada en la alfombra. Tomó el celular, que estaba en la mesa de luz, y lo encendió. Descubrió el mensaje de su novio. “Llegaré esta noche. Te amo”, decía. Ella recordó que solo quedaban cinco días para su boda. Pero eso no parecía entusiasmarla. Todavía tenía en su cuerpo la excitación de la noche anterior, cuando Claudio la llamó por teléfono y ambos intercambiaron charlas tan eróticas y sexuales, hasta acabar juntos a la distancia. Nunca le había sucedido algo tan lujurioso.
    
    Laura notó sus pezones erguidos y la corriente interna que sentía en su conchita estrecha y depilada. Caminó hasta el baño en busca de una ducha fría. Quizás el agua apague esta locura, pensó. Se metió bajo el chorro y comenzó a fregar su cuerpo. A cada momento le volvían a su mente las palabras calientes de Claudio. Pensó en masturbarse, pero se contuvo. Reconoció que jamás había estado en semejante estado de irradiación interna por el sexo. Al salir de la ducha secó su piel despacio y, por algunas partes, se colocó crema. Por dios, que sensible estoy, murmuró al tocar sus muslos y su pancita.
    
    Envuelta en una bata caminó hasta la cama cuando escuchó el portero eléctrico. Preguntó quién era y una voz femenina le indicó que traía un regalo para ella. Decidió abrir y esperar. A los pocos segundos tenía frente así un desayuno completo, envuelto en un fino papel transparente. ...
    ... Chocolates y masas finas adornaban el regalo, junto a una flor roja. Laura agradeció, pero la joven dijo que debía esperar una respuesta.
    
    Abrió el papel y dentro de la taza para desayunar había un mensaje extenso escrito por Claudio. La desafiaba a recibir su regalo de boda, una despedida de soltera diferente...
    
    Laura leyó toda la nota, mientras preparaba el café. La joven la observaba. - ¿Cómo te llamás? - le preguntó
    
    - Juliana-
    
    -Acá me dicen que sos una experta en masajes y que estás a mi disposición por dos horas-
    
    -Así es respondió Juliana.
    
    Laura bebió el café y comió algunos chocolates, que convidó a Juliana. La joven era algo menor que su anfitriona; con piernas firmes y senos muy redondos que sobresalían por su perfección. Su cara juvenil estaba rodeada de un pelo lacio rubio. Una belleza muy apetecible para los hombres. Estaba vestida con un guardapolvo, que la asemejaba a una médica.
    
    Laura estiró la sábana y se recostó en la cama boca abajo. Se había quitado la bata y sólo tenía su pequeña tanga colocada. “Soy toda tuya”, le dijo entre risitas nerviosas. Juliana se aprontó sus manos comenzó a masajear los hombros. Sus dedos parecían mágicos, para las contracturas de Laura. Con los ojos entrecerrados comenzó a gozar de cada frotación de Juliana. Por largos minutos la masajista se dedicó a la espalda de Laura. Subió y bajó por esa piel sensible.
    
    Ella pensó en las instrucciones de Claudio y cuando sintió los dedos de Juliana cerca de su cintura le dijo: ...
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