1. El calvario de Luciana (11)


    Fecha: 22/12/2019, Categorías: Fetichismo Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... cliente para cumplir con lo que le había sido ordenado. Después, el empresario se puso de pie y la chica le fue quitando el saco, el pantalón, la corbata, la camisa y finalmente el calzoncillo, siguiendo el orden que el hombre le iba dando. Luciana miró la verga bien erecta y palpitante y sintió el impulso de tomarla entre sus manos, pero a su mente le había sido quitada la posibilidad de actuar por cuenta propia. El cliente le ordenó que se arrodillara sin apoyar el culo en los talones y una vez que la tuvo en esa posición le dijo:
    
    -Abrí el hocico, perrita. –y cuando tuvo a Luciana con la boca abierta y sus ojos fijos en esa verga, el hombre se la metió en la boca hasta la garganta y le cruzó ambas manos en la nuca, para evitar que pudiera mover la cabeza. Entre risitas vio los esfuerzos vanos de Luciana por librarse de esa cosa dura que la ahogaba y entonces mantuvo su mano derecha en la nuca de la putita mientras le tapaba la nariz con el pulgar y el índice de la mano izquierda, gozando entre carcajadas de los intentos desesperados que la pobrecita hacía para salir de la angustiosa situación que la tenía al borde de la asfixia. El cliente era un experto en esa clase de juegos sexuales y supo cuándo liberar a la hembrita y arrojarla sobre la cama, donde quedó respirando con fuerza y agitadamente para dar a sus pulmones el aire del que habían sido privados durante esos segundos torturantes.
    
    El cliente esperó a que la respiración de la jovencita se normalizara, no por ...
    ... consideración, claro, sino porque debía estar recuperada de su casi asfixia para que pudiera hacerle una buena primera mamada. Cuando advirtió que Luciana ya estaba en condiciones de servirlo, le ordenó:
    
    -Levantate, putita, te quiero de rodillas ante mí, ¡vamos!. –y cuando la vio en la posición requerida le dijo:
    
    -Abrí esa boquita de mamona que tenés. –mientras blandía su verga erecta delante del rostro de la jovencita. Luciana sintió temor al recordar su reciente suplicio, y al darse cuenta el cliente le dijo:
    
    -No tengas miedo, perrita, sólo quise divertirme una vez, pero ahora lo que quiero es que me hagas una buena mamada y te tragues hasta la última gota de mi leche.
    
    Luciana procesó esas palabras, esa orden, y se avino a abrir la boca y a que el hombre le metiera en ella esa verga bien erecta y durísima, que comenzó a chupar de inmediato. Le daba placer hacerlo, era una sensación de intenso goce y cada vez que el hombre la retiraba y le decía: -Lamela. –ella lo hacía aplicadamente, deslizando su lengua desde los huevos hasta el glande, rojísimo y palpitante. El cliente sabía muy bien cómo demorar la explosión y ponía en juego esa sabiduría adquirida con los años, de modo que la mamada se prolongó durante mucho tiempo hasta que la verga expulsó varios chorros de semen espeso y caliente que inundó la boca de la putita y que ella debió tragar, y lo hizo con una sensación de placer. El empresario sintió que la descarga de tanta tensión hacía vacilar sus piernas y ...
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