1. Lo que pasa en un autobús


    Fecha: 25/12/2019, Categorías: Hetero Autor: Xander_racer2014, Fuente: SexoSinTabues

    Todo sabemos lo insoportable que es ir en transporte público. Llega tarde, siempre está abarrotado, nunca hay algún asiento libre y por ello, hay que ir siempre de pie. Para colmo, como vaya muy lleno, te ves atrapado en una marea de personas sudadas que siempre se aprietan más a ti, como si quisieran aplastarte. Un auténtico asco. Pero no todo tiene por qué ser siempre tan malo. A veces, en el autobús, pueden ocurrir cosas inesperadas y en algunos casos, muy placenteras. Una de ellas, de hecho, me ocurrió gracias a estar tan apretujado entre la gente. Venía de trabajar a eso de las dos de la tarde y para esa hora, el autobús siempre va abarrotado. Tras pagar al conductor, me adentré en aquel maremágnum de personas que se apoyaban donde podían o se sostenían agarrándose de las barras que había arriba. Me abrí paso como pude y acabé en ese típico rellano que hay en los autobuses para que las madres puedan meter los carritos de bebé o los minusválidos puedan entrar con sus sillas. Ahora, no había nada de eso, solo cuatro personas. Me metí como pude y acabé en una esquina, agarrándome de las barras de metal para no caerme. Fue en ese instante, cuando delante de mí, me fijé que había una chica joven, seguramente en la veintena. Era bajita y delgada, con el pelo marrón oscuro recogido en una discreta coleta. No parecería gran cosa pero tenerla delante me permitió fijarme en el increíble culazo que tenía. Envuelto en un pantalón de chándal hecho de tela color verde fosforito, el ...
    ... culo de esa chica era perfecto. Redondo, bamboleante y atrayente. Me lo quedé mirando por un largo rato, no podía apartar mi vista de él. Era hipnótico. Como no, mi polla se empezó a poner dura. Menos mal que llevaba vaqueros para disimular, si no, se notaría el evidente bulto. Mientras no dejaba de observar ese respingón trasero, el autobús pegó un fuerte frenazo. El vehículo traqueteó con fuerza, haciendo que mucha gente fuese empujada hacia atrás. Yo, para mi suerte, estaba pegado a la esquina, así que no tuve ningún problema pero no la chica, quien acabó pegándose contra mí. Sentí todo su cuerpo aferrado contra el mío, sobre todo, su culo restregándose contra mi entrepierna. Fue un horror, al menos al principio, porque seguramente la chica se percataría de que estaba empalmado pero cuando noté sus nalgas posarse sobre mi endurecido pene, solo noté como ella se refregó un par de veces contra este. Sentir aquel par de glúteos atrapando mi polla me puso aún más excitado. Lo mejor fue cuando ella giró su cabeza y me miró por un instante. No fue más que un suspiro pero por lo que pude notar en sus hermosos ojos marrón claro, ella era plenamente consciente de mi excitación. Después de esto, el autobús prosiguió su marcha sin mayores incidentes y ella se separó de mí. El viaje continuó sin mayores incidentes pero a mí el empalamiento no se me bajaba. Estaba muy caliente y ansiaba que aquella chica volviera a apretarse de nuevo contra mí. Ella también parecía pensar lo mismo, pues ...
«1234...11»