Lo que pasa en un autobús
Fecha: 25/12/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Xander_racer2014, Fuente: SexoSinTabues
... parecía querer atravesar la camiseta. Ella proseguía meneando su culito, llevándome al paroxismo más desbocado. Volvió a girar su cabeza y nos fundimos en un intenso beso al tiempo que mis dedos se hundía en su húmeda gruta. Ahogamos los gemidos del uno en la boca del otro, preparándonos para el tan ansiado orgasmo que buscábamos. Alzó el culo un poco más, causando un roce más placentero en mi polla y yo moví mis dedos en círculo dentro de su coñito, suficiente para que ambos llegáramos al orgasmo. Mientras yo notaba las fuertes contracciones de su vagina junto con la correspondiente cascada de flujos, ella debía sentir mi polla sufrir varios espasmos, clara señal de la gran corrida que estaba teniendo. La apreté aun con mayor fuerza contra mí, al tiempo que cerraba mis ojos y apretaba los dientes al sufrir el intenso orgasmo. Ella se convulsionó un par de veces y gritó con fuerza, dejando escapar todo el aire que había en su cuerpo. Poco a poco nos fuimos recuperando. Saqué mi mano de su pantalón y ella se despegó de mí. Tras esto, nos miramos un instante y luego, la chica me sonrió de forma muy tierna. Era bastante bonita y lo cierto es que me gustaba bastante. Se acercó y me dio un besito antes de marcharse. Ese era su adiós. Pero no todos los encuentros tienen lugar de pie. También sentado, a veces, te llevas inesperadas sorpresas. Una de las cosas que más detesto es pillar uno de eso asientos que están orientados hacia atrás en vez de hacia delante. No es por nada pero ...
... hacen que me maree un poco. Sé que alguno pensaría que lo mejor que puedo hacer es quedarme de pie pero en serio, ¿preferiríais pasar todo un viaje de más de media hora de pie dentro de un autobús? Yo, desde luego, no. Así que por eso, si me encuentro con alguno libre, no dudo en sentarme, a riesgo de pillarme un mareo. Además, a veces, puedes ver a las personas que tienes delante y de vez en cuando, te llevas una grata sorpresa. Eso fue lo que me pasó un buen día. Ya era tarde y llevaba todo el día trabajando. Lo único que deseaba era volver a casa para descansar. Al entrar en el bus, encontré un asiento libre, uno orientado hacia atrás. Resignado, me senté y decidí ponerme los auriculares para escuchar música del móvil y relajarme un poco. Mientras me los ponía, observé lo que tenía ante mí y no tardé en topar con algo interesante. Justo frente a mí, tenía a un par de chicas bastante bonitas que estaban sentadas justo tras la puerta de salida del bus. Una de ellas, una chica de pelo rizado rubio largo y ojos azul claro, no me quitaba la mirada de encima. Yo aparté la vista un momento para ver por la ventana el anodino paisaje pero al volverme, me fijé en que ella seguía observándome. No solo eso, me estaba sonriendo de una forma bastante coqueta, lo cual, me sorprendió. Siguió mirándome, esta vez sin ningún tipo de descaro y entonces, le dio un codazo a su amiga, quien estaba absorta con el móvil. Señaló hacia mí y la chica también me sonrió. También era guapa, con el pelo ...