1. Lo que pasa en un autobús


    Fecha: 25/12/2019, Categorías: Hetero Autor: Xander_racer2014, Fuente: SexoSinTabues

    ... gárgaras, tratando de metérsela más adentro. La detuve, no fuera a atragantarse la pobre. Aun así, subió la cabeza e inició un movimiento de subida y bajada, haciendo que mi polla se deslizase por la boca, lo cual me trajo mucho gustito. Mientras, la morena me empezó a besar los huevos y a chupármelos. ¡Me hacía cosquillitas! Después de llevar un rato así, la rubia decidió sacarse mi pene de su boca y se lo entregó a su amiga, quien no dudó en tragárselo. Ella llegó también hasta la mitad pero comenzó a mamármela con mucho entusiasmo. Se notaba que le gustaba más. La rubia, mientras tanto, me chupaba los huevos. El espectáculo era magnífico pero me dije que no podía dejarlas así a las pobres. Por eso, decidí satisfacerlas y llevé cada una de mis manos hasta el culo de las chicas. Tras sobarlos un poco, introduje mis dedos en las rajitas de sus nalgas y palpé la telita de sus tangas. ¡Estaban chorreando! Sin dudarlo, aparté estas y metí mis dedos en sus húmedos chochitos. Y menudos coños. Bien mojados, estrechitos. Se notaba que aquellas chicas eran jóvenes recién iniciadas en el sexo. Es más, cuando metí mis dedos dentro de la vagina de la morena, creo que pude sentir el himen de esta. ¡Era virgen! De esa manera, mientras ellas mamaban mi polla, yo les daba placer con mis dedos, frotando sus clítoris e introduciéndolos en sus mojados conductos. Así no encontrábamos, sincronizados en una orgiástica acción repleta de sexo y lujuria. Tan solo era cuestión de tiempo que ...
    ... llegásemos al punto límite y todos nos corriéramos. Y eso fue lo que sucedió. El primer en correrse fui yo. Intenté aguantar todo lo que pude pero cuando tienes a dos ardientes jovencitas devorándote el aparato con gula, cualquier resistencia es fútil. Ya había aguantado demasiado. Llené el rostro de ambas chicas con sendas corridas mientras sentía mi polla expulsar chorro a chorro. Cerré mis ojos y apreté los dientes ante tanto placer. Tras esto, les llegó el turno a las dos muchachas, quienes temblaron de forma intensa al mismo tiempo que llenaban mis dedos con sus fluidos vaginales. Tras convulsionarse un poco, lograron calmarse. Ambas alzaron sus cabezas y pude ver que tenían sus rostros repletos de semen. Me preguntaron si estaban guapas y yo les dije que sí. A continuación, volvieron a descender y lamieron mi polla, como si de un helado se tratara, para dejarlo limpio de semen. Luego, se besaron entre ellas, limpiando con sus bocas y lenguas sus caritas llenas de mi corrida. Verlas en ese numerito lésbico estaba empezando a encenderme. La rubia se acercó de nuevo para besarme y luego, la morena fue la siguiente. Estuvimos así por un ratito, hasta que decidieron que ya era tarde y debían irse para sus casas. Eso me dejó algo desilusionado pero antes de marcharse, intercambiaron los teléfonos conmigo. Algún día, me montaría un buen trio con esas dos. Como puede verse, los encuentros en autobús pueden tener lugar en los sitios más sorprendentes pero desde luego, si hay un lugar ...
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