1. Las cosas no son tan sencillas


    Fecha: 30/12/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... de 125 empezó ha hacerse aburrida. Marta bostezo un par de veces, yo la invite a que se fuera a dormir, que no se quedara por hacerme compañía. Ella me dijo, que tenia la nuca agarrotada y que tampoco se dormiría. Yo que lo de dar masaje se me da muy bien, le dije si quería que le diera un masaje, cosa que ella acepto. Yo me levante, y mirando que ella no se diera cuenta de que estaba empalmado me situé detrás de su sillón y empece a masajear su cuello, para seguir despues con sus hombros y sus brazos. Desde allí tenia una visión sublime. Ella había apartado los tirantes de su vestido para facilitar mi labor, y su vestido había bajado ligeramente, lo que me permitía ver casi la totalidad de sus tetas. Ella al colocarse mas cómoda en el sillón había provocado la subida de su falda lo que me permitía ver la totalidad de sus piernas, incluso la parte baja de sus bragas. Si ha esto sumamos el suave contacto de su piel en mis manos, hacían que yo estuviera empalmado como un burro. Ella se fue relajando hasta que se quedo totalmente dormida. No me extraño ya que ella habia conducido y no había hecho la siesta, asi que tenia que estar cansada. La contemple a placer, mientras me la sobaba por encima del pantalón. Estaba supercaliente.
    
    Mire el reloj, mi mujer tenia la costumbre de leer antes de dormir, así que rezando para que estuviera despierta y pudiera echarle un buen polvo, pare la tele, y dejando a Marta totalmente dormida y subí al piso superior, sin encender la luz de la ...
    ... escalera para evitar que Marta se despertara. Entre en mi dormitorio, la luz estaba cerrada, había la poca luz que entraba por la puerta abierta del balcón. Pensé mala suerte mi mujer debía estar dormida. Me acerque a la cama y vi que ella no estaba y la cama estaba sin deshacer.
    
    Pensé que quizá estaba en la terraza. Salí ha fuera y es cuando oí gemidos que provenían de la puerta que daba al otro dormitorio.
    
    Cuidando de no hacer ruido me acerque. Lo que vi me dejo paralizado. Mi mujer estaba sentada en la cama desnuda y Cesar, de pie, también desnudo, tenia las manos en sus cabellos y ella se la estaba chupando. Pocas veces me la había chupado a mi, solo en algún caso que estaba muy cachonda y había bebido en demasía.
    
    Cesar le dijo: Te gusta chupar una polla de verdad e zorra
    
    Carmen: me encanta.
    
    Cesar la aparto y dijo: Voy a follarte como te mereces
    
    Y levantándola la empujo sobre la cama colocandola a cuatro patas. En este momento pude ver su pene reluciente. Me quede algo sorprendido, supongo que con la corpulencia de Cesar y su musculatura esperaba ver un pene de mayor tamaño, y el de Cesar me pareció algo mas pequeño que el mio.
    
    Cesar se situó de pie detrás del culo de Carmen, encaro su pene y de un golpe de caderas se lo clavo a Carmen hasta los huevos. Carmen dio un pequeño grito. Cesar le dio una soberana bofetada en el muslo derecho de Carmen. La cogió de las caderas con ambas manos y empezó a follársela salvajemente con fuertes golpes de cadera. ...
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