1. Las cosas no son tan sencillas


    Fecha: 30/12/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Carmen empezó a gemir. Al ver esta violencia, me acerque a la puerta decidido a entrar y parar esto, cuando oí a Carmen decir: 'Dame mas duro, cabrón'.
    
    Yo me debute en seco, aquello me dejo paralizado.
    
    Cesar continuo follándosela, mas duro si cabe, y añadió: Seguro que el cornudo de tu marido no te folla así.
    
    Carmen entre gemidos respondió: No el es mas delicado.
    
    Cesar: mas marica querrás decir. Y Carmen se rio.
    
    Durante un tiempo que me pareció interminable Cesar, con un aguante inimaginable se la estuvo follando, a lo bestia. De tanto en tanto de daba un fuerte cachete en las nalgas de Carmen cosa que ella parecia no molestarle. Carmen se tenso, y empezó a gemir fuertemente como resultado de un tremendo orgasmo, yo nunca la había visto gemir así.
    
    Cesar bajo el ritmo, vi que escupía y debió meter un dedo en el culo de mi mujer, y esta protesto:
    
    Carmen: por ahí no cabrón, si me rompes el culo mi marido mañana se daría cuenta. Ya te lo daré mas adelante.
    
    Cesar quito el dedo de su culo, se tendió encima de la cama y usando su fuerza se coloco encima mi mujer. Esta cogió el pene de Cesar lo encaro y se dejo caer, y empezó a botar encima. Cesar le estrujaba literalmente sus tetas, Carmen no se quejaba, parecía que le gustara.
    
    Me fije que de tanto en tanto Carmen miraba el reloj que estaba encima de la mesilla de noche. Cesar se dio cuenta y le dijo: Tranquila falta mas una hora para que terminen las carreras. Y si hay algún problema Marta nos ...
    ... avisara.
    
    Aquello me dejo perplejo, Marta no solo sabia lo que pasaba, sino que colaboraba en que su marido se follara a mi mujer.
    
    Marta cansada se tumbo encima de Cesar y empezaron a morrearse. Cesar de un movimiento de caderas se coloco encima de mi mujer y empezó a follársela y le dijo: ¿Donde quieres mi leche? En tu coño o en tu boca
    
    Carmen: lléname el coño de leche
    
    Cesar: te meteré tanta leche que te dejare preñada, así que mañana te tendrás que tomar la píldora si no quieres dar a tus niñas un hermanito.
    
    En este momento fui consciente de que lo hacían a pelo, nosotros normalmente usábamos preservativos, ya que la píldora le daba molestias a Carmen.
    
    Una sensación mezcla de pena, rabia, odio y de no se quemas me invadió. A pesar de estar fuera y que hacia fresco me ahogaba. Volví a mi habitación, empece a llorar en silencio, baje al piso inferior, donde Marta continuaba durmiendo, coji las llaves del coche que habia dejado en la mesita de la entrada. Y con cuidado de no despertar a Marta, ya que lo que menos quería es que me viera llorar, me marche.
    
    Empece el camino de vuelta a casa, mire de concentrarme al máximo en la carretera, no quería pensar, aunque esto no impedía que continuaran brotando lagrimas de mis ojos. Debían haber pasado una horas cuando el piloto del coche me aviso que tenia poca gasolina. Me detuve en un área de servicio. Pase un pañuelo por mi cara para quitar cualquier lagrima. Reposte. Pero en vez de continuar mi viaje aparque en la zona de ...
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