1. Mi hermana me ayudó a prostituirme


    Fecha: 01/01/2020, Categorías: Incesto Autor: Mara, Fuente: CuentoRelatos

    Continua mi relato: Lora y yo descubrimos las hormonas, las empecé a tomar y después Lora me las inyectaba, mi cuerpo comenzó a transformares y con ayuda de anti andrógenos se feminizó bastante, lo que me ocasionó no menos de 4 broncas con mamá y un par de agresiones físicas de papá. El caso es que me veía y sentía cada vez más mujer, a mis escasos 19 añitos me gustaba estar el mayor tiempo con mi hermana y aprender de ella lo más posible. Papá se volvió a ir de la casa, cosa ya nada rara para nosotros sus 5 hijos y 1 nietecito de menos de 2 años el hijo de Lora.
    
    Ella de verdad era un bellezón, con el culo parado, tetas increíbles, blanca pero con cierto color apiñonado, unas piernotas de hembra, una cara y unos ojazos que la ponían como centro de las miradas donde quiera que se parara. Yo me parecía a ella en una versión menos afortunada pero, por lo general estaba muy complacida de mi cambio. Nunca me sentí hombre ni me gustó jamás serlo, mi alma de mujercita afloró con gran fuerza con la ayuda de las hormonas. Mi pene hasta ese momento no representaba un problema para mí, lo doblaba y listo, además Lora había desarrollado una especie de fijación con mi transformación, una vez que me maquillaba y vestía se excitaba y cada que podíamos Lora y yo nos acariciábamos.
    
    Aunque sabíamos que no estaba bien que dos hermanos se toquen parecía que nacía en ella un extraño deseo por mí pene, lo hacíamos cada cierto tiempo, a Lora le motivaba vestirme lo más hermosa posible y ...
    ... esconder mi pene en mi perineo para después tocarlo hasta quedar a reventar y masturbarme y a veces no parecía no poder contenerse y se lo llevaba a la boca donde lo saboreaba como una paleta hasta hacerme venir, se tomaba mi semen y se quedaba tranquila, a mí ya no me estaba gustando esa situación porque yo la amaba y la amo pero como hermana. Los vecinos poco a poco comenzaron a aceptarme como la “hermana” de Lora. Aunque precisamente por mi feminización no me atrevía a ir a la escuela a hacer el examen de matemáticas y tampoco buscaba un trabajo, lo que yo quería era conocer un “novio” perfecto, que me amara y me llevara con él a otra ciudad donde seríamos felices.
    
    Sin embargo el escaso dinero y la necesidad en casa nos hizo a Lora y a mí hablar un día de cómo podíamos ganar dinero, para ello nos dimos cuenta que o trabajábamos o nos poníamos a coger por dinero. Yo le dije a Lora que un sujeto que tenía una tienda cerca de casa y cuando no había nadie más en la tienda que los dos, me decía cosas calientes y que si yo quería me daría regalos por estar un rato con él en un motel, yo le decía que sí pero no cuando. Lora así, se puso ropa sexi, se maquilló muy linda y se fue a la tienda, para su suerte el fulano estaba solo y me contó que se le salieron los ojos nada más de verla, le dijo mil cosas que le regalaría y Lora solo chacoteó con el tipo, luego me pidió que fuera yo a verlo vestida muy sexi, me puse unos jeans entalladísimos que me daban muy buena cola, una blusita de ...
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