1. Mi hermana me ayudó a prostituirme


    Fecha: 01/01/2020, Categorías: Incesto Autor: Mara, Fuente: CuentoRelatos

    ... los rasgos míos son de por sí femeninos y con las hormonas me veía muy nena. Satisfecha de mí misma me trepé al autobús. Llegué a la calle del motel y saqué de la mochila un rompevientos de papá de color azul para que no se me notara el uniforme. El viejo caliente ya estaba por ahí haciéndose el tonto, llegó en su motocicleta y con una seña me pidió que me acercara, me trepé y entramos de un jalón al motel, un tipo nos señaló una cortina pesada, me bajé a correrla solo un poco para que entrara la moto y por fin nos metimos al cuarto. Me quité el rompeviento y casi le da un infarto al vejete, me miró y se sentó en la orilla de la cama. Como una niña me paré enfrente de él con la mirada dirigida al suelo. Me trajo y comenzó a besuquearme y acariciarme sobre el vestido las nalgas. Se bajó el pantalón con todo y calzoncillos y se sentó mostrando un asqueroso vello en piernas y panza.
    
    Su pene estaba ya bien parado, me arrodillé con carita de nena humillada y me lo metí a la boca, el vejete se recostó un poco apoyado en sus gordos codos disfrutando de esa boquita pintada de colegiala, se veía que el maldito estaba gozando esa mamada como nunca había gozado en su vida, casi me lo echa adentro de la boca. Me haló y me sentó en sus piernas de espaldas a él, me bajó un poco las diminutas pantaletitas de encaje rosita y me comenzó a meter sus gordos dedotes en mi culito (me puse bastante vaselina antes de salir de casa) La verdad es que yo también ...
    ... estaba gozando ese masaje anal, ya bien dilatadita me puso en cuatro casi en la orilla de la cama y ¡Vega, de un tirón me la metió hasta el fondo! ¡Era una verga gorda y cabezona! Sentí la gloria como nunca había sentido, el cabrón me estaba cogiendo con ganas. Luego paró un pco lo sacó y se acostó en la cama, me encime en él y viéndole su cara horrorosa y con barba rasposa, busqué su pene y lo dirigí a mi ano, me ensarté esa cosota y comencé a moverme ¡Qué rico sentía!
    
    Luego de un rato así noté que sus ojos miraban hasta el fondo de los míos, estaba atento a mis gestos, por lo que comencé a gemir como una putita ¡Para, para! Dijo, ahora voltéate boca arriba, me abrió las piernas y me haló lo más alto que pudo, me metió de nuevo ese pene enorme (sentí que me cagaba pero, no era solo la sensación) El cabrón vejete tomó mi pene y comenzó a acariciarlo, mientras me metía cada vez más adentro el suyo ¡juro por Dios que estaba a punto de reventarme! Con sabiduría hizo que termináramos juntos, me llenó el culo de semen y el mío lo embarró en mi vientre. Al momento de venirse dijo: ¡Lora, Lora mi niña! Cuando le conté a Lora solo sonrió, luego me platicó que el vejete una vez cuando ella tenía como 12 años, le levantó la faldita y le tocó la paloma encima de las pantaletas, le regaló un refresco y un pastelillo. ¿Cuánto te dio? Me dio $ 350. Pesos. Le hubieras sacado más. Es muy tacaño el vejete. Pero creo que a ti te daría hasta mil pesos. Continuará. 
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