1. Para no pecar, se la metí por el culo


    Fecha: 02/01/2020, Categorías: Incesto Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    ... incluso su hijo participaba en sexo incestuoso y nunca dijo una palabra. ¿Se excitaría quizá? ¿Tocarme hoy a mis 26 años le causaba algún morbo? Eran preguntas sin respuesta, pero algo en mi mente me hacía pensar que mi cómplice circunstancial tuvo que excitarse. Por cierto, a mí se estaba parando la verga y en ese short no podría esconder mi calentura. ¿Y si estaba equivocado? Era mi tía y podría estar imaginando algo nada más por mi inclinación al sexo incestuoso. Pero otra vez percibí ese olor, ahora más evidente. Como Fátima estaba muy cerca mío su parte femenina quedaba a escasos centímetros de mi cara, incluso podía ver sus flacas piernas a través de ese vestido de tela un tanto trasparente. ¿Me equivocaba?, pero creí adivinar que no traía calzones. Es que se le veía esa parte negra que indudablemente era su mata de pelos y era tan cierto que era de ahí donde emanaba aquel aroma a panocha excitaba. Me pidió que me girara, cerré los ojos y lo hice a cuenta de saber que se percataría de mi erección. Sus manos otra vez empezaron a presionar mi estómago y de nuevo se deslizaban sobre mis tripas en su afán de “desprender aquel bocado que me había enfermado”. - Te duele hijo – la escuche decir – Respondí con un movimiento de cabeza que si, sin abrir los ojos. Creo que lo tienes más abajo – dijo – y esta vez sentí como su mano levanto el elástico de mi short y se deslizó hasta casi tocar el tronco de mi verga, la saco y luego otra vez, una vez más, otra. A la cuarta o quinta ...
    ... vez pude sentir como incluso llegó a mis huevos. La sentí palpando, luego como tomo el tronco de mi pene con una mano para luego moverlo en círculos. Imagino que se dio cuenta que no era ajeno a lo que hacía sentir. Porque descaradamente subió del tronco a la punta y luego volvió a moverlo de lado a lado como si de una palanca de velocidades se tratara. Bajo y subió un par de veces emulando una pequeña masturbacion, supo que estaba a mil, que mis 17 cm estaban a su disposición. Sus manos parecieron que por un instante se olvidaron de mi verga y ahora eran mis huevos su único objetivo. Sentí como su mano atrapó la bolsa de mis cojones y empezó a halarla hacia abajo haciendo que mi garrote quedara totalmente descubierto, más grande, más tieso. Lo siguiente que sentí fue su aliento soplando a escasos centímetros, sabía que me la iba a mamar. Disfrute como pocas veces el sentir como mi verga era engullida en esa boca caliente y húmeda. Se la comió casi tres cuartos hasta que le llego a la garganta y se atragantó. La chupaba bastante bien aunque percibí cierta inexperiencia, torpeza. Quién y mi tío no la ponía a mamar. Fueron largos minutos los que mi tía gozo con mi pene, chupando y mordiendo sin cáusame daño. Me di cuenta que no había por cerrar los ojos, los abrí y pude verla en el momento exacto cuando subía saboreando con su lengua del tronco a la punta. Sus ojos decían cuanta lujuria tenía acumulada. Sin hablar supimos que lo que debíamos hacer. Nos desnudamos completamente ...