1. Para no pecar, se la metí por el culo


    Fecha: 02/01/2020, Categorías: Incesto Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    ... dejándome ver ese cuerpo avejentado por los años, flaca y como había adivinado con el coño cubierto de pelos, pero sabroso. Porque se lo chupe hasta que se tuvo su primer orgasmo. Gimió como quizá nunca lo había hecho. Grito, resopló hasta suplicarme que la cogiera, que quería sentirme adentro de ella. Hazme el amor como te se lo hacías a tus hermanas – casi imploro – Sadismo o no, quise hacerle el sexo por el culo. – Se la voy a meter por atrás – le dije – y cómo si necesitara mayor explicación agregué : Es para que no pequemos, ya ve que somos familia. No me contesto. Se dejó guiar, primero me la chupo hasta que otra vez supo que estaba al mil, luego me permitió que le remojara la entrada con la boca, que le metiera los dedos, que jugara con a horadarla con la lengua. Cuando la penetre fue fácil, dos embestidas y quedo con toda la verga adentro, aunque pujo como si fuese su primera vez. Apoyada a la cama con su cabeza enterrada al colchón, pujando y mordiendo lo que encontraba. Así me la cogi por más de 20 minutos, metiéndosela toda y sacándosela igual, luego volviendo a dejársela ir y así otra vez. Pocas veces había visto a alguien gemir como gemía mi tía. Si acabo 3 veces es poco, una tras otra su cuerpo se tensó para luego caer en un ...
    ... estado casi epiléptico. Me mordía con el culo como si quisiera succionarme, como si me ordeñara. Me derrame dentro de ella, en lo más profundo de su interior. Curiosamente Fátima había tratado o me había quitado un empacho de los intestinos y ahora yo le pagaba echándole 7 u 8 chorros de leche en los suyos. Exhaustos nos recostamos en la cama. - Si sigues mal, vienes mañana – me dijo - creo que vas a necesitar otra sobada. - Creo que voy a necesitar varías – dije sonriendo – - Pues vienes hasta que te cures Nos miramos a los ojos y creí conveniente preguntar algo que siempre quise saber: - ¿Porque nunca dijo nada cuando nos veía teniendo sexo de chicos? - No se – dijo para luego agregar – Quizá porque siempre guarde la esperanza que alguna vez me invitarían. - ¿Le hubiera gustado? - Pues varias veces me metí el dedo por lo que hacían ustedes. - ¿De verdad? – dije como esperando que ella se abriera y me contara todos sus deseos lujuriosos – - Si – dijo a secas – Se levanto: - Ya va a venir tu tío – dijo – - Si. Vengo mañana si me siento mal – dije pícaramente – - Si. Mañana te vuelvo a sobar Ya en la calle pude sentir que la sobada que me había dado efectivamente me aliviado. Pero igual regresaría, porque también lo otro me había caído bien. 
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