1. La puta del barrio


    Fecha: 16/09/2017, Categorías: Primera Vez Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... rostro
    
    —Sí Luís; me refiero a lo de ayer… A lo borde que me puse contigo… Sin razón ninguna… Tú viniste a casa lleno de buena voluntad hacia mí, y yo te solté lo que te solté… Lo siento; de verdad que lo siento… Y quiero pedirte perdón por ello… Rogarte que me perdones… Me disculpes… Tenía los nervios a flor de piel… El “hijo de tal” de Raúl acababa de estar allí, con… Bueno, ya sabes con qué intenciones… Y tú, “pagaste el pato”, los “platos rotos”… Pasó lo de siempre: Que el justo, el bueno, cargó con las consecuencias de la felonía del malvado…
    
    —No te tortures, Sonsoles; no te tortures… Si lo entiendo… Entiendo lo que te pasaba… Bajo el estado de ánimo que te encontrabas… No; no tengo que perdonarte nada, porque en nada me ofendiste… No quisiste ofenderme e mí…sino a toda la calaña que por aquí pulula… De parte de la cual, no nos engañemos, también yo formo parte… ¿Recuerdas?... Aquella noche, el sábado… También yo quería hacer lo mismo que los otros hicieron…Te hicieron…
    
    —Eso no tiene importancia… ¡Cómo no ibas a desearlo tú también!... Yo era, soy, lo que soy: La “puta del barrio”… La tía en quien todo el mundo, todos los tíos, pueden “mojar”… La que se “abre de piernas” para cada “quisque” que se lo pida… (“Quisque”=Locución española, muy usada, que significa cualquiera, cualquier persona)
    
    —No digas eso, Sonsoles; ni lo pienses… Tú no eres eso; tú no eres así… Lo sé; lo vi en tus ojos, cuando estaba a punto de mancillarte… También lo vi después, cuando te ...
    ... encontré tras de que huyeras de la cuadrilla de animales que éramos todos nosotros… Te vi llorar; llorar a lágrima viva… Vi lo desolada que estabas… Lo mal que te sentías… El tremendo daño que entre todos, todos nosotros, te habíamos causado… Si furas así, como dices, como todo el mundo se cree que eres, no hubieras estado como estabas… Habrías disfrutado de ello, como Raúl decía de ti: Que, en realidad, te gustaba que te hiciéramos lo que te hacíamos…que disfrutabas con eso… No; tú así no eres… Sólo te lo crees… Crees que, en verdad, eres así… Así que, lo único que tienes que hacer, es no creértelo… Quererte más de lo que te quieres… Respetarte más de lo que te respetas…
    
    Siguieron paseando, charlando de mil cosas… Rieron, se divirtieron con las mil y una tonterías que se decían… Sin pasarse un pelo en lo que no debían de pasarse… Respetándose; a sí mismos en primer lugar, mutuamente, en secuela del respeto propio, como corolario del mismo… Empezó a oscurecer, a anochecer, y enderezaron el paso hacia la casa de ella; llegaron y él confirmó el hecho
    
    —Bueno; pues hemos llegado, Sonsoles; ya estás ante tu casa
    
    —Sí Luís; gracias por todo, ¿he?
    
    —De nada mujer… Si no tiene importancia… Lo hago con mucho gusto…
    
    —Pero, no obstante, gracias, Luís…
    
    —Que no tienes por qué dármelas, mujer… Esto… Oye… Una cosa…
    
    —Dime; dime lo que quieras
    
    —Verás; no sé si te parecerá bien…pero…pero… Bueno, que pienso debería acompañarte por algún tiempo… Unas cuantas semanas… Un mes, ...
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