1. La puta del barrio


    Fecha: 16/09/2017, Categorías: Primera Vez Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... muchos, muchos más… Y Luis estuvo, todos y cada uno de ellos, aguardándola, puntual, ante el portal de la chica… Y ella, también todos y cada uno de esos días, oteando la calle, desde la ventana, esperándole a él, para salir corriendo, escaleras abajo, ansiosa de encontrarse por fin con él… Durante todos esos días, pasearon, charlaron, rieron… Fueron felices saliendo juntos; se entendían, se compenetraban bien y las cosas, entre ellos, iban como la seda. En unprincipio, el Raúl y su grupito se metían con ellos, insultándolos, insultos que no merecieron ni que Luis o ella, pasaran a la recíproca; simplemente, los ignoraron, insultos y descerebrados que les insultaban, con lo que, al poco, todo eso cesó, y el “macarra mayor del Reino”, el Raúl, y su cuadrilla de perros obedientes, se fueron olvidando de ellos… Meterse con quién ni caso te hace, acaba por hasta aburrir
    
    Por la noche, en su cama, Sonsoles se acurrucaba, y pensaba en su amigo; en Luis. Llevaban saliendo días y días, semanas y semanas, casi un mes, y él no la había tocado. No le había metido mano, como hacían los otros. No la trataba como a una zorra, sino como a una mujer. Y eso le gustaba. Se dormía deseando que llegara la tarde del día siguiente para olvidarse de quien era.
    
    Y así, llegó un día, una noche, más bien; cuando estaban ya ante el portal de Sonsoles, tras decir aquello de que ya estaban allí, él le dijo a ella
    
    —Ya llevamos saliendo bastantes días; yo creo que esos ya no volverán a ...
    ... molestarte...
    
    Susana sintió como si le dieran un bofetón, un escalofrío recorrió su cuerpo. Eso significaba que él ya no la acompañaría más. Que dejarían de pasear. Bajó la mirada, llena de tristeza.
    
    —No, no creo que se metan más conmigo ya. Bueno, Luis, me ha...encantado pasar estos días contigo. Ya nos veremos.
    
    Se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la puerta. No quería que él viese cómo sus ojos se aguaban. Abrió el portal, a punto de llorar.
    
    —Susana... mañana es sábado. ¿Te recojo a las 10?
    
    El corazón de Susana empezó a latir como loco. Ahora las lágrimas si cayeron, pero de alegría. Sin darse la vuelta, tratando de que no se le notara en la voz, le dijo que sí.
    
    —Hasta mañana, Sonsoles.
    
    —Hasta mañana, Luis.
    
    Subiendo en el ascensor se secó las lágrimas. El corazón le seguía latiendo con fuerza. En su boca se dibujaba una sonrisa.
    
    Se levantó temprano. Se duchó y buscó la mejor ropa que tenía, A las diez en punto bajó. Esperándola, apoyado en un coche, estaba Luis, que la miró de arriba a abajo. Susana encontró que esa mirada no era sucia, como todas las que todos, todos los tíos, siempre le habían dirigido, sino limpia; de verdadera admiración hacia ella… Y se sintió bien; muy, muy bien
    
    —Wow, Sonsoles, hoy estás preciosa.
    
    —Gracias, Luis -dijo, emocionada-
    
    Era la primera vez que un chico le decía eso. No que qué buena estaba, no piropos soeces. Un simple “preciosa”.
    
    —Hoy tenemos coche. Mi padre me lo ha prestado. ¿Qué te apetece hacer?
    
    —No sé. ...
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