La puta del barrio
Fecha: 16/09/2017,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... Lo que tú quieras.
Le abrió la puerta, galante.
—Gracias, caballero.
—De nada, señorita.
La llevó al zoo. Nunca había estado y le encantó ver a todos aquellos animales. Saltó de alegría con las focas y sus cabriolas.De vez en cuando, sin que él se diera cuenta, ella le miraba. Era un chico estupendo. Con él se le pasaban las horas volando. Quizás, si ella no fuera quien era... Lo que era…
Comieron en un McDonald’s. Ella insistió en pagar. Le había sisado a su madre 30 euros.
—No hay más que hablar, Luis. Esta vez pago yo.
—Ta'bien. Mujeres… Siempre os salís con la vuestra
—¡Ja, ja, ja!...
Las tarde era fresca, así que decidieron dar un paseo por una gran avenida peatonal, llena de tiendas y terrazas. Caminaban el uno al lado del otro, casi pegados. De vez en cuando, la mano derecha de Sonsoles se rozaba con la izquierda de Luis. Una de esa veces, Luis agarró sus dedos. Con suavidad, la cogió de la mano y siguieron caminando. Sonsoles no se lo podía creer. Luis la llevaba de la mano, como...como hacían las parejas. Sintió un estremecimiento por todo el cuerpo.Le miró. El miraba hacia adelante Vio su perfil. Masculino, tan fuerte y a la vez tan delicado. ¿Por qué le hacía latir así el corazón con sólo cogerla de la mano? Jamás se había sentido así. Y entonces comprendió que se había enamorado de ese hombre, de Luis. Por primera vez en su vida sentía amor por un hombre. Era una sensación maravillosa.
Pero de repente, su alegría se esfumó. No eran ...
... más que ilusiones. Él sólo era un amigo, un buen amigo…y nada más; nunca, nunca, podría ser nada más que eso, su amigo. ¿Cómo iba ella a pretender más? ¿Cómo iba él a quererla a ella? A la zorra del barrio. Se había acosado con muchos de los chicos del barrio, hasta con los padres de más de uno. Conseguía carne a cambio de favores sexuales. Nadie podría quererla. Siempre sería una zorra…lo quisiera o no lo quisiera… Luis notó que ella estaba preocupada, triste.
—¿Qué te pasa, Sonsoles? ¿Te sientes mal?
—No, no... No es nada.
Ella le soltó la mano. No tenía derecho a sentir esas cosas. No era digna de esos sentimientos. Sólo era una puta.
—¿Quieres que volvamos a casa?
—Sí, por favor.
No hablaron más durante todo el camino de vuelta. Ella no volvió a mirarle. Sólo tenía ganas de encerrarse en su cuarto. Luis paró delante de su casa. Se bajó y ella también.
—Adiós Luis…
Dijo, sin mirarle y dándose la vuelta, empezó a caminar hacia el portal. Entonces, él la detuvo
—Sonsoles, espera… Espera un momento, por favor
Se acercó a ella, que seguía mirando al suelo.
—Me lo he pasado muy bien hoy, Sonsoles.
—Yo…yo también. Ha sido un día maravilloso.
La mano derecha de Luis se acercó a la mano izquierda de Sonsoles. Con las yemas de sus dedos la acarició. Sonsoles sintió un corriente eléctrica subir por su brazo. Lentamente, Luis fue subiendo por el brazo, apenas rozándole la piel. Llegó a su hombro, le acarició el cuello y con delicadeza, tirando de ...