La puta del barrio
Fecha: 16/09/2017,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... labios. Se separaron.
—Buenos días, Sonsoles.
—Hola Luis.
Él le tendió una mano y ella, sonriendo, se la cogió. Empezaron a caminar.
—¿Qué haremos hoy?
—No sé. ¿Qué te apetece? Los domingos siempre me resultan aburridos. Por la tarde podríamos ir al cine.
—Vale. Hace mucho que no voy al cine. Oye, ¿No pretenderás estar a oscuras conmigo para meterme mano? - preguntó, fingiéndose ofendida ante tal posibilidad
—Je, je...Ummm. No.
—¿Es que no te gusto?
La miró fijamente a los ojos.
—Sí que me gustas… Me gustas mucho; pero mucho, mucho
Sonsoles sintió un cosquilleo en su estómago. Siguieron caminando, cogidos de la mano. Pasaron por delante de la plaza. Allí estaba Raúl y los demás, fumando.
—Hey, Luis. ¿A dónde vas con esa furcia tan cogiditos de la mano?- gritó el cabecilla.
No le hicieron caso. Siguieron caminando.
—¿Sabes? Estoy arreglando un coche. Dentro de poco lo tendré terminado, y será mío.
—¡Qué bien!
—Ya no tendremos que caminar tanto.
—Bueno, a mí me gusta caminar... contigo.
¿Ya no tendremos? ¿Dijo ya no tendremos? Se refería a ellos, a los dos. ¿Qué significaba? ¿Qué eran pareja? ¿Cómo quería el salir con ella si sólo era....?
—Y a mí contigo, Sonsoles. Caminar, estar contigo. Mirarte.
Sonsoles se estaba derritiendo. Esa vez no pudo esperar a que él la besara. Se agarró a su cuello y le besó con pasión. Luis la abrazó y la pegó contra él. No se restregó contra ella. No le sobó el culo o las tetas. Sólo la ...
... besó. Y ese beso le dio a Susana más placer que mil toqueteos.
Volvieron los pensamientos negativos. Lo que sentía por Luis era cada vez más grande y no quería que fuese a más. Si no lo paraba ahora, haría la vida de Luis desgraciada. Le haría daño. Y eso era lo último que deseaba en la vida. Antes, se la quitaría.
—Dios mío, Luis...Esto...esto no puede ser. Debes dejarme.
—¿Por qué dices eso?
—No te convengo. Mira lo que dijo Raúl. Lo que dicen todos. Es verdad. Es...es lo que soy. No soy más que una...
No la dejó terminar. Le puso un dedo en la boca para que callara.
—Sonsoles, sé quién eres. Conozco tu pasado. Pero no me importa. Sólo me importa el ahora. Y lo que seas en el futura. Sonsoles...yo...yo te quiero…te amo…
Los ojos se Sonsoles se llenaron de lágrimas que cayeron por sus mejillas. Lágrimas de pura felicidad. De puro amor.
—Dios mío, Luis. Y yo te quiero. Te amo con toda mi alma. Como jamás he querido a nadie.
Se volvieron a abrazar, a besar. Después siguieron caminando y llegaron a la parada del autobús. Cogieron el primero que llegó y se bajaron en un centro comercial con cines. Comieron algo, compraron palomitas y refrescos y abrazados, entraron en la sala.
Sonsoles apenas puso atención a la película. Estuvo casi todo el tiempo con la cabeza apoyada en el hombro de Luis, que le había pasado el brazo alrededor de los hombros… Pero solo eso, sin llegar a más, sin intentarlo siquiera. Ella no oía la película, pues sólo oía el latir ...