1. La puta del barrio


    Fecha: 16/09/2017, Categorías: Primera Vez Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... el alcoholismo de su madre no hizo más que aumentar. Y aumentaron también las veces que le echaba en cara todo. Le decía que todos sus males eran por culpa de ella. Por no ser más que una zorra.
    
    Poco a poco todas aquellas cosas se le fueron metiendo dentro. Empezó a salir con chicos. Uno la engañó y se la llevó a una de las casas abandonadas. Empezó con suaves caricias para poco a poco ir a más. La desnudó y cuando ella quiso terminar con aquello, no le hizo caso. Siguió y allí, en el colchón que por las noches los “drogatas” usaban para pincharse, la desvirgó.
    
    No fue cariñoso, ni cuidadoso. Simplemente la “montó”, le rompió la inocencia y se vació en ella, mancillando su hasta ese momento cerrada vagina con su semen. Ni se despidió. Se levantó y la dejó allí, con las bragas en uno de los tobillos. Se recompuso la ropa y se fue para su casa a lavarse. En las bragas una mancha de sangre y semen atestiguaba su “nacimiento” como mujer.
    
    Al día siguiente, caminando por la calle, varios chicos la miraron. Uno le dijo.
    
    —Eh... ¿Dónde vas, putita?
    
    —¿Qué?
    
    —Que a dónde vas. Ya nos contó Enrique como te dejaste follar ayer. Vamos al mismo sitio y echaremos un rico polvo.
    
    Echó a correr. Aquel cabrón no se conformó con desvirgarla sino que además se lo contó a los demás. Todo el barrio se enteró. Las chicas empezaron a llamarla puta. Los chicos no dejaban de acosarla. Hasta que un día estalló. ¿Era eso lo que querían? Todos decían que era una puta, una zorra. Hasta su ...
    ... propia madre no dejaba de decírselo.
    
    Empezó a ir de mano en mano. Salía con chicos unos días, Se la “beneficiaban” y cuando se hartaban la abandonaban. No le decía que no a ninguno y enseguida otro ocupaba el lugar del anterior. Se vistió más provocativa, con faldas cortas y camisas ajustadas que dejaban bien a la vista sus generosos pechos, casi siempre sin sujetador.
    
    Un día fue a la carnicería a por carne.
    
    —Venía a por un kilo de carne para guisar. Mi madre dice que se lo apunte, que a final de mes se lo paga todo.
    
    —Dile a tu madre que se acabó. Me debe casi dos meses.
    
    —Por favor, Don Julián. Se lo pagará todo este mes.
    
    —No, Sonsoles. Ya está bien.
    
    La miró de arriba abajo. Llevaba una minifalda, una camiseta con un gran escote. Aquella chica iba pidiendo guerra. Sabía lo que se decía de ella por el barrio.
    
    —Aunque, si eres...buena conmigo, podríamos llegar a un acuerdo.
    
    Susana vio su mirada lasciva. Cómo se llevaba la mano a la entrepierna y se tocaba
    
    —Te hago una mamada y me das la carne. Y también un kilo de pechuga de pollo.
    
    —Si te tragas toda mi corrida, hecho.
    
    Y, desde ese día, Sonsoles no volvió a pagar la carne… Y así es como nació Sonsoles, la puta del barrio… Acostada en su cama, con el pelo aún mojado, hizo examen de su vida, una vida que no le gustaba, pero que tampoco sabía cómo salir de ella. Sin estudios, sin perspectiva ninguna de futuro, enterrada en aquel barrio de mala muerte... Lo único que le quedaba era hacer lo que ...
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