Belleza virgen
Fecha: 16/09/2017,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos
... mujer los disfrutaba plenamente consciente de su belleza.
De pronto se encontró sorpresivamente con Marcelo en la playa. Él estaba conversando con un grupo de amigos y al verla y reconocerla la invitó a unírseles.
Parcerita se sentó junto a Marcelo y comenzaron a charlar despreocupadamente. En poco tiempo ella ya se había integrado plenamente al grupo y reía de los chistes de los demás, como si tuvieran mucho de conocerse, como si fueran amigos de siempre. Al parecer, el trato amistoso y nada interesado por parte de Marcelo hizo que Parcerita se desprendiera de su fachada y actuara más natural ante él y sus amigos.
Pronto, ambos se desentendieron del grupo y se fueron a dar un paseo ellos solos.
Tras unos minutos de caminar por la playa, empezaron a juguetear correteándose entre sí, como dos chiquillos alegres.
Terminaron por meterse al agua. A su alrededor la gente se divertía; unos cuantos niños chapoteando en la parte menos profunda y bañistas no muy retirados. La persecución de Marcelo a Parcera los llevó a introducirse al mar hasta que el agua cubría a Parcera a la altura de su fino cuello, mientras que a Marcelo no le llegaba ni a cubrir el pecho.
De repente, Parcerita notó que su perseguidor había desaparecido y, por más que volteaba para todos lados, no le veía. A ella le pareció extraño y por un breve segundo temió que Marcelo la hubiese abandonado, sin embargo, de pronto sintió una mordida en uno de sus muslos y tras el susto lo vio emerger del ...
... agua.
La Parce se molestó de aquella travesura y, pese a que ella le prohibió hacérselo nuevamente, aquél volvió a sumergirse poniéndola en alerta de una nueva mordida. Más de una vez Marcelo dio dentelladas a aquella joven figura femenina atrapada bajo el agua. Aquel juego produjo carcajadas en mi amiga hasta el riesgo de ahogarse, sin embargo, el juego no se detuvo hasta que Marcelo le mordió uno de sus senos.
Una extraña y desconocida sensación despertó en Parcera. Marcelo, posteriormente, tomó de la cintura a su compañera de juego atrayéndola hacia él. La besó con tal pasión que la dejó totalmente vulnerable.
Tomando una de sus pequeñas manos, Marcelo la condujo hasta aquella cosa dura delante de él pero que, al estar cubierta por el agua, mi amiga no podía ver. A pesar de eso, Parcerita supo que Marcelo ya no traía su traje de baño cuando su mano tocó el robusto tronco de carne.
En silencio, Parcera mantuvo sujeta aquella pieza viva. Tan grande que su mano no la abarcaba fácilmente. Su curiosidad se mantenía alerta pues el agua, en continuo movimiento, no le permitía ver lo que tan firmemente sujetaba.
Un repentino despertar sexual se apoderó de ella. Su sentido del tacto se afinó haciéndole percibir aquello que retenía como un tubo de carne venoso y vivo, ya que alcanzaba a sentir su leve pero perceptible latir. Nunca había tenido un pene entre sus manos, por lo que le maravilló su extrema dureza y vitalidad.
«¿Cómo es posible que un hombre tenga algo tan ...