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Tocado por mi sobrino de 8 años
Fecha: 05/01/2020, Categorías: Gays Autor: pelosenlaspiernas, Fuente: SexoSinTabues
... decía a mi hijo: —Esto es lo que quería enseñarte, el pipí de tu papá… —mi hijo estaba mudo, por lo que Pablito siguió hablando mientras escuchaba que se acercaba —Se parece a la de mi papá, pero está más peluda. —¿Por qué tiene pelos? —habló al fin mi hijo, después de un tiempo que pareció una eternidad. —Mi papá dice que salen cuando creces… ¿no la habías visto la de tu papá? —le preguntó Pablito. —No… ¿Tú si ves la de mi tío? —Sí. Me hace jugar con ella. ¿Quieres que te enseñe algunas cosas que le gustan a mi papá que le haga? —le preguntó Pablito a mi hijo. No escuché que él le respondiera por lo que imagino que sólo asintió con la cabeza, porque enseguida Pablito le dijo: —Espera, necesitamos crema —y escuché que se movía en dirección al tocador, para luego volver con lo que imaginé sería el frasco de crema corporal de mi mujer. ¡Dios! ¿Qué iba a hacer? El corazón me palpitaba a mil por hora y la verga se me ponía más dura. —¿Qué vas a hacer? —preguntó mi hijo, noté temor en su voz, al mismo tiempo que escuchaba cómo Pablito abría el frasco. —Le voy a poner un poco de crema. A mi papá le gusta que haga esto. —¡Pero se va a despertar y se puede enojar! —No. Está muy dormido, ya se lo toqué y no se despertó. —¿Le tocaste su pipí? —Claro, yo lo dejé así. Pero tú no lo toques ahorita, sólo yo para que aprendas. Mira… Fuck! Sentí sus dedos cubiertos de crema esparcirla por mi glande. La sensación me tomó por sorpresa así que no pude evitar mover un poco la pierna; Pablito ...
... congeló el movimiento mientras los dos dejaban escapar una exhalación de susto, pero al ver que yo seguía con los ojos cerrados mi sobrino continuó distribuyendo la crema sobre la cabeza de mi verga. ¡UFF! ¡Qué sensación tan increíble, qué excitación, qué morbo, aquello era increíble! Los pensamientos y sensaciones se me arremolinaban, mi hermanohacía aquello con mi sobrino desde quién sabe cuándo y el niño lo veía como un juego. “Tienes que llenar toda esta parte de arriba —dijo Pablito de pronto— pero con cuidado porque luego se pone muy roja y a mi papá le duele si lo froto muy fuerte. ¡Mira! ¿Ves esto como agüita que le está empezando a salir del hoyito? Yo pensaba que era pipí pero mi papá me explico que esto pasa cuando ya le va a salir leche”. —¿Les sale leche? —preguntó asombrado mi hijo. —Sí, mi papá dice que ayuda a crecer fuerte y yo me la como toda. Pero no sabe como la leche de las vacas, es salada, ¿quieres probar esto? —sentí su dedito tomando mi precum y me imaginé que se la entregaba a mi hijo, porque éste decía “sí, sabe salado”, a lo que Pablito llegó a contestar: —luego te va a gustar, pero ahorita no le vamos a sacar toda la leche a tu papá, sólo voy a jugar un poquito, así. ¡UUUUF! Comenzó a frotar mi cabeza con su mano y la sensación era indescriptible. El morbo, insuperable. Saber que mi hermano le había enseñado a hacerlo, darme cuenta de que el niño ya se sentía todo un experto enseñándole a mi hijo, y yo estar ahí, tirado, a su merced, con la verga al ...