1. Tocado por mi sobrino de 8 años


    Fecha: 05/01/2020, Categorías: Gays Autor: pelosenlaspiernas, Fuente: SexoSinTabues

    ... aire y ante la mirada curiosa de mi hijo, y sobre todo saber que mi hijo y tal vez también Pablito habían probado mi precum, la calidez, la suavidad y el tamaño de la manita, los movimientos que hacía, mmmm… Yo estaba a reventar, mi chorizo palpitaba ante los movimientos circulares de la mano de mi sobrino, quien la apretaba, subía, bajaba, de repente comenzó a deslizarla por mi tronco, como imitando el movimiento de la masturbación que también le había enseñado mi hermano. De repente se detenía para explicar cosas como “Se le pone muy caliente, igual que a mi papá” o “está muy dura”, y era lo más excitante que había experimentado en mi vida. De pronto se detuvo y le pidió a mi hijo que trajera papel de baño para limpiarme y yo me quedé a mil. Pensaba: “¿QUÉ? ¿Te vas a detener ahora? ¡Ni siquiera estaba cerca del orgasmo todavía!”. Mi sobrino le dijo a mi hijo: “le vo a limpiar y ya nos vamos a seguir viendo la tele, porque si sigo entonces va a sacar su leche y mi papá dice que se siente muy rico, entonces tu papá se puede despertar. Mejor lo dejamos ahí y otro día que venga te enseño como hacerle para que le puedas sacar la leche. ¡Vámonos!”, dijo a la vez que terminaba de limpiarme ...
    ... (por supuesto mientras me pasaba el papel de baño por toda la cabeza de mi verga yo me excitaba más) y una vez terminado trató de meterla debajo de la tela de nuevo pero no pudo de lo hinchada y rígida que yo la tenía, así que sin decir más optó por dejarla afuera y los dos niños salieron corriendo. Por supuesto en cuanto se fueron yo me bajé el bóxer y me la empecé a jalar. Bastaron dos pares de jaladas para que eyaculara, vaciando hasta 6 chorros de leche sobre mi abdomen y en todas direcciones, cerrando los ojos mientras me vaciaba, imaginando que era mi sobrino quien me la jalaba. No me importó que me vieran desde la puerta de la recámara que dejaron abierta. De hecho deseaba que estuvieran espiando, que volvieran a entrar de nuevo y se bebieran mi leche entre los dos. Pero no fue así. Tuve esa venida descomunal y todavía me quedé tirado otro rato, hasta que escuché sus risas provenientes de la sala, mientras mi verga volvía a ganar volumen otra vez. Claro que, esa fue solo la primera vez que mi sobrino tuvo mi verga en sus manos, pero las siguientes ocasiones se las contaré después, lo mismo que cuando mi hijo se atrevió a poner en práctica lo que su buen primo le acababa de enseñar. 
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