1. Cuando alguien te descubre lo puta que eres


    Fecha: 05/01/2020, Categorías: Incesto Autor: carihuevina, Fuente: CuentoRelatos

    ... usada.
    
    Aprisionada contra el espejo, medio violada y obligada a verlo todo.
    
    Así estuvimos media hora, momento en el cual te corriste y llamaron al ascensor.
    
    Yo me quedé sin correrme y estaba desesperada por hacerlo.
    
    Subimos al piso, me cogiste por las trenzas que llevaba y me obligase esta vez a apoyar la cabeza sobre el escritorio.
    
    Llevaste mis manos a la espalda de manera que te servían de riendas para tirar de mí y llegar hasta el fondo.
    
    Las piernas me temblaban.
    
    Sentía que en cualquier momento me iba a correr y acabar cayendo de los tacones.
    
    Aquella vez me corrí como nunca.
    
    Estaba desesperada por hacerlo y tú sabías como conseguirlo.
    
    Me decías que era tu puta, que sólo te pertenecía a ti y aunque yo lo negaba sabía que era así.
    
    Es algo que no puedo evitar, es más me gusta.
    
    Me encanta sentirme una puta barata, sin privilegios, simplemente un objeto que está hecho para dar placer a quien me use y tú, tú sacaste a esa puta.
    
    Ahora ya no la puedo guardar dentro.
    
    Cada día encuentro una nueva forma de sentirme sucia, usada y despreciable.
    
    Y tengo que confesar que lo hago por ...
    ... complacerte.
    
    Porque sé que te gusta tener una puta a tu entera disposición, que te complazca siempre y cuando lo exijas y porque no, que te rete y desobedezca de vez en cuando.
    
    Porque de vez en cuando me gusta tener el control sobre ti.
    
    Como hoy, cuando me tenías toda sumisa en la butaca y me sentaste encima de ti, dándote la espalda.
    
    Disfrutabas como nunca mientras solo te follaba la punta de la polla, ¿verdad?
    
    Deseoso de que decidiese sentarme más a dentro y poder abrirme todo el coño.
    
    Pero no fue así.
    
    Me levanté y te dejé a medias para irme al baño.
    
    Aunque una puta es una puta, no lo debo olvidar. Yo sólo estoy para complacerte y darte placer.
    
    Tenías que recordarme quien mandaba.
    
    Tenías que recordarme que daba igual si yo disfrutaba o no.
    
    Tenías que recordarme que yo sólo debo obedecer.
    
    Tenías que recordarme que soy un objeto al que utilizas.
    
    Te corriste sobre mi pubis y mis muslos mientras estaba orinando en el baño.
    
    Me quedó claro que soy una puta despreciable y barata, señor.
    
    Ahora espero al siguiente encuentro. Espero sus órdenes y espero su castigo si me vuelvo a portar mal.
    
    Porque seguro que lo haré. 
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