1. Mi cuñada, mi difícil obsesión (I)


    Fecha: 16/09/2017, Categorías: Incesto Autor: amarillo, Fuente: CuentoRelatos

    ... esquina quedamos frente a frente a pocos centímetros de distancia y le di mi primer beso, ella se sintió turbada y me dijo que no se esperaba eso de mi y que creía que todas las caricias y afectos habían sido por lo cariñoso que yo era, por más que trate de hacerle el verso y declararle todo lo que me gustaba como si fuese un colegial la cosa no pasó a mayores y terminé dejándola en su casa.
    
    Cuando llegué al lugar donde estaba parando mi calentura era tal que no pude menos que hacerme una buena paja en honor a la calienta braguetas de mi cuñadita.
    
    El tiempo pasó y volvimos a la ciudad, en esa época, mi cuñadita quería independizarse y había comprado un departamento, pero no podía mudarse por falta de divisas para amueblarlo. Las relaciones hacia mí, se habían enfriado y no era tan comunicativa como en épocas anteriores, quizás porque era la primera vez que nos veíamos después de nuestro frustrado affaire y con la presencia de su querida hermana mayor. Lo cierto es que yo disponía de unos pesos y convencí a mi señora de prestárselos, en mi mente pasaba la imagen de mi cuñadita y "me la quería voltear a cualquier precio"; lo cierto es que luego de una reunión en la que nos encontrábamos los tres esta aceptó la ayuda.
    
    Luego de unos días nos comunicó que ese fin de semana iniciaba su mudanza, nosotros nos ofrecimos a ayudarla.
    
    El sábado llegó, lleve las herramientas, algo para paliar el hambre y la sed, tocamos el timbre en la nueva casa y ahí estaba mi cuñadita ...
    ... abriéndonos en la puerta con una camisa blanca transparenta y ajustada a su cuerpo que permitía ver sus senos pequeños envueltos en un corpiño de encaje blanco y una falda corta, no minifalda de color azul.
    
    Iniciamos nuestras tareas y yo me dedique a arreglarle unos estantes en su pieza, mientras realizaba esta tarea, en uno de los cajones se encontraba su ropa interior, así que pude observar unas tanguitas de color negras y otras de color roja y me empecé a dar manija con el recuerdo de épocas pasadas, tomé unas bragas bordó que estaban a pocos centímetros de mi mano y olí donde ella apoya su conchita esperando encontrar el más exquisito de los elixires, por otro lado estaba a mil no fuese cosa que me encontrase mi señora o mi cuñada que se encontraban a pocos metros de allí realizando otras tareas, me dieron ganas de echarle un buen polvo a esos calzones pero me contuve y seguí trabajando.
    
    Luego del mediodía mi señora, cosa que yo sabía me dijo que se tenía que ir a hacer una tarea a la casa de una de sus compañeras de trabajo, yo le dije si quería que la llevase, pero ella me dijo que me quedará y que la siguiese ayudando a Cecilia, como mi cuñada no puso reparos me quede a solas con ella, por poco más de una hora, el ambiente se cortaba con una gillette, cada uno realizaba una actividad y el diálogo se limitaba a unos pocos monosílabos. En un momento dado, me llamó al baño y me pidió ayuda para que le sostuviese la escalera, ya que quería ponerle un foco a la lámpara, yo ...