El carnaval de Tepoztlán
Fecha: 08/01/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos
Hola, mi nombre es Paulina, soy una mujer Tv a medio tiempo, esto quiere decir que aunque salgo a la calle y realizó la mayoría de mis actividades como mujer (atender mi negocio, acudir a fiestas de amigos y reuniones familiares, las compras de mi hogar, etc.), aún tengo que hacer algunas cosas más en mi faceta de niño, básicamente es acudir a alguna dependencia del gobierno a realizar algún trámite de mi negocio o casa, pues aún no realizó mi trámite de cambio de identidad y aunque mi familia está al tanto y de acuerdo con mi homosexualidad, prefiero mantenerme con mi identidad de varón, pues no me siento lista para dar ese gran paso en mi vida. Regresando al relato, actualmente tengo 30 años, vivo sola, cerca de la estación de metro Tlatelolco, me quedé soltera hace un par de meses, y este relato trata precisamente de la etapa posterior en la que estoy viviendo después de este rompimiento, en la cual estoy dando rienda suelta a mi puteria, (lo acepto) pues es la única forma en la que pude despejar mi cabeza y olvidarme de mi ex.
Este relato es justamente el resultado de uno de esos ataques míos de puteria, tiene lugar en el pueblito de Tepoztlán Morelos, y ocurrió apenas hace 2 semanas en la festividad anual de aquel lugar que se conoce como el carnaval de Tepoz, Decidí escaparme aquel fin de semana en plan de soltera, lejos de mi ciudad, mi familia, mi negocio, lejos de todos, básicamente buscaba “lo que fuera en donde fuera con quien fuera”, y resulto que fue algo ...
... muy rico.
Apenas días antes, estaba perdiendo el tiempo en mi face, cuando algunas de mis amistades comenzaron una plática entre varios de nosotros a los cuales una de mis amigas nos había etiquetado, en esa publicación estaban terminando de ponerse de acuerdo para acudir en grupo al carnaval ya mencionado, ya saben, rentar habitaciones compartidas, economizar gastos en grupos, compartir autos, etc. Yo con anterioridad ya había visitado este pueblo y puedo aceptar que el lugar por si solo me encanta, y dicha festividad era el pretexto perfecto para despejar mi cabeza y con suerte, encontrar a un macho para que atendiera ciertas necesidades femeninas que en ese momento en mi cuerpo pedían a gritos ser calmadas. Sin embargo, a pesar de que sabia que sería divertido pasar el rato con mi grupo de amigos, preferí no confirmar mi asistencia y buscar alojamiento por mi cuenta, de esta manera si me llegaba a sentir mal o quería estar sola, podría hacerlo, y si quería en cambio estar con ellos, podría argumentar que de última hora si pude escaparme, era el plan perfecto. De inmediato comencé a buscar alojamiento por medio de las páginas de Internet que ofrecen sus servicios en televisión, ya sabía yo que en este tipo de situaciones las habitaciones duplican su costo, además de que se escasean pues es una festividad que atrae demasiado a la juventud, por lo que casi desisto de mis deseos de asistir al evento, sin embargo, la suerte me sonrió y encontré una habitación en una posada de ...