El carnaval de Tepoztlán
Fecha: 08/01/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: PaulinatvCDMX, Fuente: CuentoRelatos
... verga de Silverio, que como ya hice hincapié con anterioridad, eran gigantes, pues apenas podía sujetar de una en una con una de mis pequeñas manos, y a las cuales les dedicaba buena parte de mi atención a consentirlas, pues las besaba con suma devoción mientras mi mano bajaba y subía por su cetro de poder masculino.
Estaba ya sumamente cachonda, ya no aguantaba más y deseaba poder tener a este hombre dentro de mi, así que de la forma más puta que pude, me incorporé prácticamente sentándome sobre la cara de Silverio, que continuaba propinándome una de las que hasta el día de hoy a sido de las mejores comidas de culo que me han dado, y justo cuando nuestras miradas se cruzaron le dije casi a tono de súplica:
P- Quiero sentir está vergota dentro de mi, puedes cogerme ya por favor papi?
S- Esperaba que me lo pidieras hermosa putita!
Fue lo que me dijo, al mismo tiempo que me daba una sonora nalgada en mi voluptuoso glúteo derecho, señal universal que todas las putas conocemos y que significa: “cambio de posición”, su mirada totalmente controlada por la lujuria me indicó que quería cogerme de perrito, por lo que me puse sumisamente en cuatro, apoyando los codos y mis rodillas en la cama, con mi culo apuntando en su dirección, quedando totalmente a merced de este macho e invitándolo a penetrarme.
P- Métemela ya por favor!
Le supliqué, y sentí su glande enfundado en un preservativo apoyarse en mi hoyito y comenzar a presionar. De esta manera, presionando poco a ...
... poco, su vergota, entró por completo en mi interior, mentiría completamente si les digo que no me dolía, sin embargo, y sin subestimar la gran verga de Silverio, estoy acostumbrada a vergas mucho más grandes, por lo que de pronto sentí sus grandes huevos chocar con mis bolitas en señal inequívoca que la tenía toda adentro. Toda puta entenderá el sentimiento de satisfacción que esto provoca, pues para mi Silverio sólo era una conquista más, una verga más en mi historia, un maduro más que se me antojo y lo lleve a mi cama.
Me moví en círculos, acomodando y sintiendo toda la geografía de esa verga dentro de mí. Sus manos aferraron más fuerte mis caderas, y comenzó a meter y sacar su gruesa herramienta masculina en mi húmedo agujerito. De verdad que era una delicia, Silverio sabía hacerlo muy bien, sus movimientos, variaban el ritmo. Por momentos eran rápidos y parejos, luego más lentos, pero la sacaba toda hasta dejar solo la gorda cabeza de su vergota metida en mi culo y de un empujón enterrármela hasta el fondo, luego otra vez más rápido, o la sacaba toda, escupía en mi hoyo bien abierto y la enterraba otra vez, o la dejaba bien metida y me la movía en círculos, además de esto, de vez en vez me propinaba nalgadas en mis dos protuberancias femeninas, o me daba jalones de cabello, demostrando que el mandaba allí, y por momentos sobaba mis bubis, en fin, Silverio en verdad sabia lo que estaba haciendo, y yo estaba revolcándome del placer recibido.
De pronto Silverio me saco ...