Mi Karen
Fecha: 11/01/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos
... abrió su piernas de una manera tan favorable para mí, que al volver a alumbrar su zona intima, note como los pelos de su puchita escapaban por los laterales de las pantaletas. Fue tanta mi emoción que acerque la linterna a unos escasos centímetros de su rendijita. Mi corazón latía desenfrenado. Mi verga hinchada parecía soltar su descarga. Por cierto, tenía varios meses de no escupir mi necesaria pasión. Imprudente aproxime mi rostro hasta muy cerca de su panochita, y aspire con todo mi deseo el delicioso aroma que despedía su rajita. Aún más fui más lejos y con mucha sutileza deposite un suave y apasionado beso en su adorable peluche. De pronto sentí que no podía aguantar más, y en efecto, mi cuerpo no fue capaz de soportar más, y mi esperma comenzó a escurrir, a lo largo de una de mis piernas. Por increíble que esto parezca, después de algunos segundos repetí mi hazaña, y volvía a besar su área genital. Después salí de su recamara, satisfecho, como hacía tiempo no me sentía. Entre a mi recamara y me acosté, Daniela dormía roncando como era su pinche costumbre. Su abandono conyugal era mí más fuerte excusa, para hacer lo que estaba haciendo con mi nena. Noche a noche Daniela roncando y yo escapando a la alcoba de Karen. Parecía inconcebible que a mi edad haya regresado a la masturbación, pero entre ligeros toqueteos y contemplación siempre lograba a llegar a la eyaculación. Tampoco debo tratar de engañarme los toqueteos cada vez eran más audaces, y veía con desesperación ...
... que en realidad quería mucho más de lo que estaba obteniendo, no por eso razón iba a dejar mi diversión favorita. La verdad es que Karen aun sin haberla poseído se había convertido en la razón de mi existencia. La necesidad de observarla se había vuelto vital para mí. No podía dejar una sola noche sin contemplar su encantador cuerpo. Sabrá dios porque razón pero esa noche Daniela se tardó una eternidad en dormir. Arreglando no sé qué cosa.
En fin algo pasa por la mente del ser humano que es muy complicado poder explicar, pero Daniela empezó a cambiar con respecto de mí, quizá quería atormentarme exhibiendo su cuerpo desnudo delante de mí, no sé con qué maldosa intención. Años tenía que no lo hacía. Sentí que algo debía hacer al respecto, algo que ella mirara claramente. Tosí y me di media vuelta, dando la espalda a su inútil coqueteo. Despiertos por diferentes causas, ella dando vueltas en la cama, con un evidente deseo de que hiciera caso a sus ganas de copular, y yo, esperando paciente a que durmiera. Dieron las tres de la mañana. A punto estuve de quedarme dormido, honestamente se me escapo uno que otro ronquido. Pero a ella en cambio, el sueño logro vencerla, como era costumbre. Aun así tuve que esperar unos minutos más, y estar seguro de que dormía, me molesté mucho cuando pasó su brazo sobre mi cintura. Era la prueba de fuego, retire su ¡maldito brazo! Pues sentí que me quemaba. Al momento me levante, sin intentar ocultar mi escape. Le diría que iba al baño si es acaso ...