Una enfermera y el Instagram
Fecha: 15/01/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos
En mi vida hubo un antes y un después. Determinar la causa del cambio no es fácil. Quizás fuera un comentario, quizás fuera una imagen del espejo, un vestido que no me quedaba bien… no recuerdo. Pero es cierto que un día decidí cambiar y empezar a cuidarme.
Siempre había sido una chica con algunos kilos de más, que se habían aumentado tras el parto de mi hija. Pero nunca me habían molestado.
Mi trabajo en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde era enfermera, el cuidado de la niña, mi matrimonio… todo eso llenaba lo que era mi día a día. El cuidado que me dedicaba a mí misma era poco.
Sin embargo, llegando a los cuarenta algo cambió. Ya digo que no sé qué fue. Pero empecé cuidando lo que comía.
Siempre fui muy cabezota y cuando empecé a comer diferente y a comer menos me lo tomé muy en serio. La pérdida de peso fue brutal. En poco tiempo tuve que cambiar varias veces de talla de pantalón.
Me sentía mucho mejor. Pero es cierto que, desnuda, frente al espejo no me llegaba a gustar.
Decidí apuntarme al gym para mejorar mi físico. Fue otro cambio en mi cuerpo. Mis piernas y brazos se volvieron más firmes, al igual que culo y barriga.
Me sentía genial
Tras eso empecé a cuidar mucho más otros aspectos de mí. Otro tono en el cabello (más cobrizo) para llamar la atención junto a mis ojos celestes, me pintaba más para destacarlos, la ropa era más cuidada, una limpieza integral y blanqueamiento en los dientes…
En todo ese tiempo pude comprobar como ...
... los hombres empezaban a mirarme. Me sentía bien. Estaba feliz en mi matrimonio y no pensaba ser infiel a mi marido, pero que te miraran en la cola del súper, en la calle o en el bar era un gustazo. Además mi marido estaba súper contento también con mi cambio: el sexo con él mejoró. Cuando lo hacíamos era mucho más fogoso, y las ocasiones en las que nos encontrábamos entre las sábanas eran mucho más habituales.
Fue entonces cuando descubrí Instagram. Fue gracias a mi hija. Subí alguna foto y me fascinó el número de likes que recibí. Poco a poco fui subiendo fotografías de los modelos de ropa que tenía y los likes aumentaban y los comentarios llenaban mis publicaciones. Jamás pensé que nadie pudiera sentirse interesado en mí, pero mi número de seguidores sufrió un aumento vertiginoso.
Entonces una modesta diseñadora de la localidad donde vivo se puso en contacto conmigo. Me ofreció que pudiera llevarme ropa de sus diseños para ponérmelas en las fotos que subía, haciéndole mención. Acepté más por tener más posibilidades en las fotos, mi armario estaba acabado, que por creer que nadie pudiera comprarse la ropa porque yo me la pusiera. Sin embargo las ventas de la diseñadora se dispararon. Yo no me lo creía.
Al poco tiempo fueron varias las marcas que se me ofrecieron y eso no hizo nada más que un efecto exponencial. Los seguidores se aumentaron más y más. Yo flipaba.
Una de las últimas marcas que se puso en contacto conmigo era una de zapatillas deportivas, de sneakers, ...