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Una enfermera y el Instagram
Fecha: 15/01/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos
... dijo que las zapatillas eran mi número para hacerme algunas fotos con ellas para que las vieran en la central. Le dije que me dejara cambiarme para ponerme algo más apropiado para las fotos. Fui a mi habitación y elegí uno de los pantalones cortos que usaba en el gym. Quería incitar a Alex, o por lo menos intentarlo. No me reconocería en esa imagen pero era lo que hacía. Con una camiseta muy ceñida y los pantalones cortos me bajé de nuevo al salón, donde estaba Alex a la espera. Vi, con placer para mí, como Alex me repasaba a mi bajada con la vista. Empezamos a hacer las fotos. Él dirigía las fotos pidiéndome que pusiera el pie en una u otra posición. -La verdad que han quedado genial estas zapas. Son colores geniales. Yo creo que van a dar fuerte en ventas. -Has hecho un trabajo increíble Alex. Has conseguido unos diseños súper llamativos y que van bien con todo. -A ver si es verdad jeje A tí te quedan genial desde luego. Tienes unos tobillos muy bonitos que se realzan completamente con estas zapatillas. Vi una oportunidad y me lancé -Ohh! Gracias! Pero sólo los tobillos tengo bonitos? Vi como la frase conseguía su objetivo y Alex titubeó. -No no. Claro que no. Seguimos con las fotos adelante. Cuando Alex me decía que me pusiera ahora en tal o cual posición lo hacía mal para que el tuviera que tocarme y ponerme en la posición que él necesitaba. Estaba excitada y el solo sentir su piel sobre mi pierna para situarme, sólo sentir su colonia me ...
... estaba haciendo lubricar. La sesión llegó al final y Alex empezó a recoger. Pero yo no pensaba dejar que se fuera, así que me lancé. -Estoy sola en casa y si te vas me obligarás a ponerme a ver la tele o algo hasta que almuerce. Quédate un rato. Si quieres te invito a un café o a una cerveza o lo que te apetezca. Si os soy sincera… creo que Alex sabía lo que yo buscaba. Y yo temía que teniendo la novia que tenía no quisiera nada conmigo. Pero accedió. Me dijo que una cerveza estaría bien. Fui a la cocina y le traje un botellín. Yo no suelo beber cerveza, pero cogí otro para acompañarle. Nos sentamos en el sofá y entre trago y trago estuvimos hablando de gilipollez. Creo que sólo hacíamos tiempo hasta que nos lanzáramos a lo que él y yo sabíamos que iba a ocurrir. Yo quería que me follara en ese mismo sofá. Que me follara en la cama. O donde fuera. Pero quería follar. Me quité las zapatillas que tenía tras la sesión de fotos. Llevaba las uñas de los pies pintadas de amarillo, un color que hasta hace poco odiaba pero que ahora usaba. Y en un momento dado llevé mi pie a la entrepierna de Alex. Al instante los botellines estaban sobre la mesa, Alex estaba sobre mi y su lengua buscaba en mi boca sacar todo mi sabor. Notaba sus manos en mi cuerpo. En mis tetas, en mi culo, en mi entrepierna… tocando, apretando, sobando. Nos desnudamos y follamos allí, sobre el sofá. Tenía una polla normal, la de mi marido era mucho mayor, pero fue un buen polvo. Para mi gusto ...